El fenómeno de los cuerpos incorruptos es considerado un gran misterio aun en nuestros días. La incorruptibilidad cadavérica, comunmente conocida como cuerpo incorrupto, es la propiedad de un cádaver de no descomponerse después de la muerte pese a no haber sido embalsamado o preservado de ninguna manera. Desde la antiguedad se conocen caso de éste extraño fenómeno, que no deja de sorprender hoy en día a la comnunidad científica.
Canonizados por la Iglesia Católica
La iglesia católica ha beatificado a algunos de estos cuerpos incorruptos como un signo milagroso de su santidad. Son muchos los santos cuyos cuerpos se mantuvieron incorruptos por años o siglos después de su muerte. Algunos también han despedido olor a rosas o han tenido tenido otras manifestaciones divinas. Lo cierto es que estos cuerpos son conservados como reliquias extraordinarias para la Iglesia y pueden ser visitados por los fieles religiosos.
La incorruptibilidad ha sido clasificada incorrectamente como una momificación natural. Ya que la momificación es un proceso cuyos resultados han sido momias arrugadas, siempre rígidas y extremadamente secas. En cambio, los cuerpos incorruptos no presentan ninguna de estas cualidades, sino que por el contrario son bastante húmedos y flexibles, incluso tras el paso de cientos de años.
Santa Bernadette de Lourdes
Bernadette Soubirous fue una niña que realizó numerosos milagros durante su corta vida. Al morir en el año 1879, su cuerpo fue puesto en la pequeña capilla gótica, situada en el centro del jardín del convento al que la niña había asistido de joven. El 22 de septiembre de 1909, exhumaron su cuerpo para el proceso de beatificación diocesano, iniciado debido a las heroicas virtudes que manifestó Bernardita, en especial su extremada humildad. Increiblemente, su cuerpo fue hallado en perfecto estado de preservación.
Actualmente el cuerpo se encuentra exhibido en una urna de cristal en la capilla de Santa Bernardita en Nevers, Francia, en las mismas condiciones de conservación que hace más de un siglo.
El enigma de la incorruptibilidad cadavérica
La mayoría de los casos los fenómenos de incorruptibilidad duran muchos años, incluso siglos. Su conservación obedece a razones física, térmicas y geológicas. La existencia de altos niveles de sequedad en el aire y en la tierra produce deshidratación del cuerpo y la consiguiente incorruptibilidad. Por el contrario un alto grado de humedad produciría la rápida descomposición orgánica.
Existen casos excepcionales de difícil explicación, como el de santa Catalina de Siene (1347-1380), que después de morir su cuerpo fue depositado en un féretro que permaneció expuesto al aire libre durante cierto tiempo sufriendo condiciones climatológicas de lluvia y hielo. El ataúd se desmoronó, los vestidos que cubrían al cadáver se destrozaron y sin embargo el cuerpo de la santa permaneció incorrupto.
Otro caso enigmático es el de santa Teresa de Jesús (1515-1582), cuyo cadáver fue enterrado en una zona con un alto grado de humedad. En ella todos los cuerpos se descompusieron rápidamente y en cambio, de forma excepcional, el cuerpo de Teresa de Jesús permaneció incorrupto hasta que fue despedazado producto del expolio del fanatismo religioso.
Fenómenos Post-Mortem
En ocasiones, el fenómeno parabiológico de incorruptibilidad suele ir acompañado de hechos concomitantes que se manifiestan después de producirse el óbito y que durante siglos han sido considerados como sobrenaturales. El fenómeno más común es el llamado olor a santidad, consistente en la emisión de perfumes aromáticos de flores (comúnmente de rosa) cuyo olor impregna intensamente el lugar donde se encuentra el cuerpo incorrupto. Este fenómeno es producto de una extraña reacción bioquímica que libera la emanación osmogenésica.
Otro hecho que a veces se exterioriza consiste en la emanación de un líquido de aspecto aceitoso que sale del cuerpo incorrupto y desprende un olor agradable. En algunos casos, dicho fenómeno se ha podido observar detalladamente, como en el del cadáver de santa Walburga, muerta en el año 779 y de cuyo cuerpo incorrupto emana un aceite que surge del interior de la santa y que además es oloroso.
También se da el caso de encontrar cadáveres repletos de sangre fresca y en estado de licuación permanente, lo que les proporciona, paradójicamente, un aspecto sonrosado de vitalidad. En algunos de ellos aparecen estigmas en el cuerpo después de muertos. Un estudio pormenorizado desveló que estos fenómenos están asociados a personas que en vida ya sufrían procesos de estigmatización, por lo tanto la acción post-mortem sería una consecuencia recurrente por inercia del proceso parabiológico iniciado en vida. Igualmente el pelo y las uñas siguen creciendo después de muerto.
Más inquietantes son los fenómenos de movimientos de los cadáveres dentro de la tumba (manos, brazos, pies, boca, etc.), que pueden ser debidos a contracciones musculares consecuentes del propio proceso reflejo de descomposición. Paralelo a ellos existe la extraña producción de ruidos, sonidos o incluso gritos desde dentro de la tumba que, a excepción de las consecuencias de la propia inercia fisiológica de la descomposición del cuerpo, pueden ser debidos a enterramientos prematuros motivados por estados catatónicos, catalepsias, lapsus cardíacos, etc.
La Mano De San Esteban De Hungría
Esteban I, rey de Hungría murió el día 15 de agosto del año 1038, y fue enterrado en tuhlweissenburg junto a su hijo Emerico muerto en 1031 durante una cacería.
Cuarenta y cinco años después, en 1083, con motivo de su canonización se procedió a la exhumación del cadáver, el brazo derecho del cual apareció íntegramente incorrupto, con tal grado de flexibilidad que daba la impresión que acababa de fallecer. Inmediatamente se procedió a la amputación del mismo para ser conservado y venerado, pasando por un determinado número de propietarios antes de regresar a Hungría.
Juan XXIII: El Papa Bueno
En el año 2001 informaron durante la apertura del ataúd del Papa Juan XXIII descubrieron que sus restos estaban como si hubiera muerto ayer, después de 38 años de su fallecimiento. “Ninguna parte de su cuerpo estaba descompuesta”, declaró el Cardenal Virgilio Noe, Párroco Mayor de la Basílica de San Pedro. El fue el supervisor de la apertura del ataúd, como parte del proceso de traslado del Papa Bueno a un lugar más accesible por los peregrinos que visitan el Vaticano. “Es como si hubiera muerto ayer”, manifestó el purpurado. Su rostro luce tranquilo, la serenidad que tuvo en vida aún se muestra presente en su expresión.
Juan XXII reinó desde 1958 a 1963 y fue conocido como el Papa Bueno debido a su naturaleza jovial y bondadosa. Marcó un cambio importante en la historia de la Iglesia al realizarce durante su papado el Concilio Vaticano II.
A partir del 3 de junio de 2002 el cuerpo incorrupto del Papa Bueno se expone en una urna de cristal en el Vaticano.
El cuerpo incorrupto de Vicente de Paul
En 1712, el cuerpo de Vicente de Paul fue exhumado por el Arzobispo de París, dos obispos, dos promotores en la fe, un doctor, un cirujano y un número de sacerdotes de su orden, incluyendo al Superior General, Fr. Bonnet.
“Cuando abrieron la tumba todo estaba igual que cuando se depositó. Su cuerpo no había sido movido, se veía que estaba entero y que la sotana no estaba nada dañada. No se sentía ningún olor y los doctores testificaron que el cuerpo no había podido ser preservado por tanto tiempo por medios naturales.