Estos últimos días, a raíz de la movida del 15-M, parece que tres de los temas que más se comentan en los foros o en los medios son:
*¿Dónde están los líderes?
* Carecen de propuestas concretas
* ¿Y ahora qué?
Me gustaría compartir el fruto de unas reflexiones sobre todo ello.
¿Dónde están los líderes?
El movimiento carece lógicamente de líderes porque de lo que se trata es que cada persona empiece a empoderarse y aprenda a ser su propio líder, sin necesitar un “papá” o una autoridad exterior que la guíe. Mientras necesitemos que nos traigan el pescado a la mesa, no creceremos, ha llegado el momento de coger la caña y buscarse la vida, de pasar de la adolescencia a la edad adulta. Pero ello requiere “comerse el propio libro” como decía Juan en el Apocalipsis, es decir asumir la propia historia, dejando de culpabilizar a los demás de todo cuanto nos ocurre. Y requiere asimismo integrar las propias reglas y normas de conducta, así nadie nos las tendrá que imponer desde fuera...
Queda muy bien y muy “fashion” decir “abajo el senado, ahorrémonos todos esos sueldos inútiles” pero, ¿nos hemos preguntado qué significa de verdad el senado? Es el lugar en el que se elaboran las leyes. Todo aquello de lo que queramos prescindir por fuera ha de activarse por dentro, desde esta lógica se entiende que si queremos que desaparezcan del escenario social los que se encargan de elaborar las leyes, y de paso los que se encargan de su cumplimiento, hemos de activar esas funciones en nuestra psique. Las leyes eternas están inscritas en nuestro “disco duro”, sólo hace falta hallar el acceso. También las mencionó la Biblia, aunque a veces de forma un tanto tergiversada y enrevesada.
Lo que no podemos pretender es suprimir toda ley, toda regla, como pretenden los ácratas. Sólo activando y empoderando al senado interno podremos prescindir del externo. Para pilotar un avión, un coche o un barco, o para construir un puente o un edificio, es necesario el conocimiento de unas reglas. Lo mismo que para dirigir la economía de una nación. Ya es hora de que nos preguntemos qué leyes son las que rigen en la construcción de un ser humano, cuáles son las leyes de la energía, cómo se pasa de la energía a la materia. Cuando lo comprendamos, y lo apliquemos, podremos pensar en borrar del mapa a los legisladores de la tercera dimensión. Será a medida que entremos en la quinta, que es la dimensión de la conciencia. Entonces cada ser humano será su propio líder. Ese es el germen que –seguramente de forma inconsciente- han estado plantando los que han promovido el movimiento del 15-M y demás revoluciones sociales de los últimos meses.
Carecen de propuestas concretas
Los partidos políticos adolecen de lo mismo. Pero tal vez no se trataba de aportar propuestas concretas sino de invitar a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, a salir del letargo, a comprometerse, y a demostrar que aunando voluntades, creatividades, inteligencias y corazones, se pueden conseguir grandes logros. Y no olvidemos mencionar las acciones solidarias de los suporters del movimiento, de todas esas personas que han aportado comida, mantas, parasoles, que han ofrecido el acceso a lavabos, duchas etc. y apoyo logístico de toda índole para facilitar la labor de los acampados o manifestantes.
Hay quienes se han lamentado de que sus negocios –en las sedes de las acampadas- han perdido fuelle, pero la mayoría se ha solidarizado y ha soportado las molestias. ¿Dónde se ha visto que una revolución no mueva una mota de polvo y carezca de efectos colaterales? Las molestias e inconvenientes de unos cuantos a favor del interés de muchos. De todas formas, esos efectos colaterales se pueden evitar, pero para ello hace falta que las revoluciones sean interiores.
Extrapolando a nivel planetario, dichos efectos serían los seísmos, tsunamis, huracanes, guerras y grandes sacudidas sociales, son los dolores del parto de la nueva conciencia y del acceso a la frecuencia del 2012. Pero también existen los partos sin dolor, hace 2000 años el hijo de un modesto carpintero ya nos informó de ello. ¿Cuántas sacudidas más serán necesarias para que nos enteremos de una vez? La condición para ello: unir cabeza y corazón. Paz y amor y power flower si, pero con lógica, entendimiento, razón y conocimiento de las leyes eternas.
¿Y ahora qué?
Ayer en un post leí lo siguiente: “Todo cambio que no venga de dentro tiene muy pocas posibilidades de prosperar”. Pero ¿qué significa eso de “venir de dentro”? Pues significa que uno empieza a comprender el mecanismo del espejo, que cada situación que se vive en el exterior de uno mismo antes ha tenido que ser planeada desde algún lugar, de la misma forma que la construcción de un edificio requiere la elaboración previa de unos planos. Me explico: cuando creamos en nosotros un vacío de voluntad, éste se verá inmediatamente rellenado por una voluntad ajena que mediatizará y limitará nuestra libertad, porque el universo aborrece el vacío.
Por consiguiente, si abdicamos de nuestra capacidad de opinar, elegir, actuar, el papá estado será quien lo haga por nosotros, y luego nos quejaremos de que los políticos tienen nuestro mando a distancia y medran, manipulan o prevarican. En esta lunación de Tauro, la banca, regida por este signo, está en el punto de mira, en muchos foros se está poniendo como espejo a Islandia, país que, al parecer, se está sacudiendo el yugo bancario. Pero lo están haciendo desde fuera, pensemos por un momento de qué manera podríamos realizar este cambio por dentro.
El bancario es un sistema a través del cual entregamos unos valores a una entidad que va a manejarlos sin que tengamos la menor idea de dónde van a ir parar, si servirán para comprar o fabricar armas, para especular en algún paraíso fiscal, para invertir en la construcción de moles de piedra y cemento que destrozan los parajes naturales, para mantener sistemas obsoletos de producción de energía etc. Sabemos que el dinero, o el oro, es luz cristalizada, es energía densificada, partiendo desde este supuesto, y a nivel simbólico, lo que hemos hecho hasta ahora es poner en circulación unas energías que escapan a nuestro control y que pueden ser utilizadas para fines radicalmente opuestos a nuestra ética personal, a nuestra filosofía de vida. Dónde se impone una reforma es en nuestra fuente de alimentación.
Existe una sola gran fuente de energía: el Gran Sol central, es LA Fuente, el núcleo del ser. Puede ser representada como una gran copa, tenemos la opción de ir tomando tragos de ese néctar y transformarlo en actos creativos. Pero también existe una segunda opción: la de dejar que la copa rebose, que el néctar se salga y vaya a parar a un banco de energía degradada y desperdiciada, manejado por unos “banqueros” del abismo -también llamados bajos astrales, luciféricos, ángeles caídos, annunakis- cuyo reflejo es la Gran Banca actual. Pero hay un detalle fundamental a tener en cuenta: cuando elegimos la primera opción, somos libres –desde la consciencia- de distribuir nuestra luz/energía (es decir nuestros valores), nosotros tenemos el mando a distancia, decidimos el cómo, el cuándo y el dónde colocamos esos valores, si en una persona, en una situación, en una actividad o en otra.
En cambio, si nos acogemos a la segunda opción, desde la ignorancia y la inconsciencia, se esfuma la noción de libertad, entonces ya no podemos decidir dónde van a parar nuestras energías porque son manejadas por esos banqueros del abismo, personificados por los famosos y cacareados illuminati o, por el Club Bilderberg y compañía. Vociferar y lanzar imprecaciones contra ese grupo es tan productivo y absurdo como chillarle a un Sol de pleno agosto a las dos de la tarde en Sevilla, quejándonos por el achicharre.
Por ello urge una R-evolución en nuestra forma de manejar la energía, pero ese cambio no puede venir desde abajo (Malkuth para la Cábala), es decir, desde la rabia, la agresividad, la crítica, las imprecaciones y movilizaciones exteriores. Ello no impide que todas las manifestaciones y protestas sociales que están floreciendo tengan su utilidad porque obligan a la gente a reflexionar, a mover su voluntad, a replantearse cosas, a debatir, a participar en foros, a comprometerse. Pero ese movimiento exterior, si pretende ser realmente productivo y no acabar en puro humo, o en una bella estampa de unión y participación, ha de provocar un profundo, definitivo y transmutador replanteamiento de todo nuestro sistema, pero no me refiero al sistema político sino a nuestra forma de utilizar la energía que el cosmos pone a nuestra disposición. ¿Y ahora qué? Pues eso, a tomar conciencia de todo ello y actuar en consecuencia.
Soleika Llop