Posted on 1 abril 2011 porstarviewer

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¿ Qué es el tiempo emocional? Es el tiempo pático, el tiempo vivido, interior, personal, afectivo, aquel que depende no de lo de fuera, sino del estado de ánimo del sujeto.Es como un reloj interior que late dándonos una información sobre el curso de los acontecimientos vivenciales. La vivencia del tiempo es una percepción interna que nos muestra la cara subjetiva de la duración. No obstante es esta tercera expresión de lo temporal la que más nos enseña. La concepción aristotélica del tiempo queda resumida como ” la medida del movimiento según lo anterior y lo posterior”. Esta es sólo adecuada para formular lo que es la duración. El mismo Aristóteles se pregunta si es una entidad mental o si podría existir con independencia de la mente. Para él la temporalidad no es independiente del movimiento. Avicena pensaba que el tiempo sólo existe en la mente, ya que sólo son posibles por la meoria y la expectativa. Descartes y Spinoza sostuvieron que la distinción entre el movimiento y el tiempo era una mera distinción de razón, ya que el tiempo es sólo un modo del pensamiento. Newton y Barrow se fueron al extremo opuesto. Leibniz sostuvo que el tiempo es una entidad ideal. Kant lo expresaba como un ejemplo paradigmático del movimiento dialéctico de tesis- antítesis-síntesis; en su Estetica Transcedental el tiempo es una representación necesaria que está en la base de todas las intuiciones…una forma pura de la intuición sensible, la condición subjetiva bajo la cual tan sólo puede la intuición tener lugar entre nosotros. El tiempo es, para él, un espacio lógico.
” Representamos la scesión del tiempo por una línea que va al infinito, en la cual lo múltiple constituye una serie que es sólo de una dimensión; y de las propiedades de esa línea concluimos las propiedades del tiempo”. Un espacio lógico es una construcción matemática usada para representar interconexiones conceptuales entre una familia de propiedades y de relaciones. En este mismo sentido se expresa Paul Natorp en su obra “El tiempo como construcción matemática” :
” Si se considera el tiempo como aparece en la ciencia fundamental de la naturaleza- la teoria pura del movimiento, o la mecánica- se encuentra que representa en ella como un orden fijo, inmutable, único, en que todos los objetos naturales deben, por así decir, tomar su lugar y que todos deben atravesar…Según esta concepción , el orden temporal coincide exactamente- por lo que concierne a sus propiedades matemáticas- con el orden secuencial, unidimensional y recto de los números. En todos los aspectos, el tiempo aparece como la recta real en las que ecuaciones de movimiento de la mecánica y en toda la física”.
Resumiendo y volviendo a la consideración de Kant, podemos concluir diciendo: la concepción del tiempo como espacio lógico permite una síntesis sobre la cuestión de si éste es o no una entidad independiente de la mente. Un espacio lógico es una construcción matemática usada para representar y utilizada por nosotros.

Sólo una temporalidad auténtica hace posible algo como destino, como auténtica historicidad,montado sobre el proyecto y la transcendencia. La existencia auténtica está empapada de futuro, pero ésta reclama una exigencia que en sí misma es vivida como inquietante. El tiempo inauténtico es mpersonal, de un presente inmerso y lleno de presente: se olvida lo pasado y no se proyecta sobre el porvenir. Es el hombre del que “se” dice, se habla, se comenta. El “man”. En consecuencia sus ideas no están llenas de sentido, de dirección hacia…El tiempo es la inquietud del ser. Toda experiencia dejada a su abandono se hace ilimitada. En este sentido, el tiempo es como las lenguas de Esopo, lo mejor y lo peor de la vida. Suscita novedades, proyectos, es capaz de que vivamos anticipadamente y con enorme ilusión un porvenir más o menos cercano; pero al mismo tiempo acumula las ruinas, nos muestra lo que hemos dejado que pase. Con mucha frecuencia el hombre moderno dice que no tiene tiempo para nada. ¿ Será que no tiene nada para el tiempo?….Si es así, esta vivencia es terrible, produce un vacío similar al de la angustia, aunque sedimentado sobre una estructura distinta: el mundo, vacio de contenido, se vuelve desvaído y sin colorido, y el sujeto se encuentra en un estado de neutralidad frente a él, de ausencia absoluta de novedades que le saquen de este pozo terrible en donde se hunde. En la mitología griega Cronos devora a sus hijos, lo cual quiere significar que el tiempo nos engendra y nos hace perecer. El tiempo hace métrica nuestra existencia. Los hechos se suceden, hay en ellos un orden, una regularidad. Pero en la percepción vivencial cada cual escoge aquella porción de historia que más propia le parece en ese momento. El hombre sano vive “sin tiempo para nada” o con un tiempo que fluye con rapidez. El hombre maduro lo vive acompasadamente: cada cosa a su tiempo y, por tanto, sabe esperar, no se impacienta, es capaz de perseverar en lo ya comenzado sin intranquilizarse. Al pasado vuelvo merced a la memoria. El presente es la acumulación fugaz de mis impresiones actuales, aquellas que momentaneamente están transitando por mí. Al futuro me dirijo intelectualmente proyectándome, anticipándome. Lo que más me cuesta aislar es el presente: es un viajero que no se detiene. Es más, éste podemos considerarlo tan sólo como un punto de referencia, incluso desde el punto de vista geométrico es válida la comparación. Ahora bien, sólo él es capaz de concentrar la realidad en toda sufrescura plástica, dándonos la realidad con un sabor actual. Los recuerdos con el paso de los años se modifican, cambian de colorido. El espesor del presente varia también según el estado de ánimo. Es decir, que en la vivencia del tiempo aparecen dos caracteristicas: las de que el tiempo fluye, camina, se mueve; y, por otra, la de que esta duración la percibo desde mi mismo y, en consecuencia, mi estado de ánimo le da esa otra fluencia interna. El cambio es la nota de que el tiempo pasa. El hombre es. como decía Ortega, sustancial cambio, realidad ondulante y diversa. Que el hombre cambie significa que evoluciona, que no se instala estáticamente, sino que su ser más genuino es dinámico.
La realidad humana es una ecuación entre pasado, presente y futuro. En ese venir del pasado e ir hacia el porvenir se manifiesta la auténtica realidad del hombre.
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