Extracción de material genético con un taladro de odontología (cortesía de National Science Foundation)
Vía: Harvard Medical School | Debra Ruder | 22 de septiembre de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Un equipo internacional de investigadores que ha estudiado los patrones de ADN de los humanos modernos y arcaicos ha descubierto nuevas pistas sobre el movimiento y el mestizaje de poblaciones de más de 40.000 años en Asia.
Utilizando los métodos de análisis del genoma, según el estado actual de la técnica, los científicos de la Harvard Medical School y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania, han descubierto que los denisovanos -un grupo recientemente identificado de humanos arcaicos, cuyo ADN fue extraído el año pasado de un hueso del dedo excavado en Siberia- habían transmitido su ADN no sólo a la actual población de Nueva Guinea, sino también a los aborígenes de Australia y a las poblaciones de Filipinas.
El estudio demuestra que, contrariamente a las conclusiones de la gran mayoría de los estudios genéticos anteriores, los seres humanos modernos se establecieron en Asia en más de una migración. Según David Reich (foto a la izquierda), profesor de genética de la Harvard Medical School, "El ADN de los denisovanos es como una imagen médica de tinte de contraste que traza los vasos sanguíneos de la persona. Es tan reconocible que se puede detectar incluso un poco del mismo en un solo individuo. De manera similar, hemos sido capaces de rastrear el ADN de los denisovanos en las migraciones de las gentes. Esto muestra el poder de la secuenciación del ADN antiguo como una herramienta para la comprensión de la historia humana".
Los patrones que los investigadores encontraron sólo pueden explicarse por al menos dos oleadas de migraciones humanas: la primera dio lugar a las poblaciones aborígenes que viven en la actualidad en el sudeste de Asia y Oceanía, y la migración posterior a las poblaciones asiáticas del este, quienes ahora son la principal población del sudeste de Asia.
El estudio también proporciona nuevos puntos de vista sobre el lugar donde vivían los antiguos denisovanos. De acuerdo con Mark Stoneking, profesor en el Instituto Max Planck, y que es el autor principal del artículo, los denisovanos debieron haber habitado una gama extraordinariamente amplia de áereas ecológicas y geográficas, desde Siberia hasta el sudeste de Asia tropical. "El hecho de que el ADN de los denisovanos esté presente en algunas poblaciones aborígenes del sudeste de Asia, pero no en otras, muestra que había un tablero de ajedrez de poblaciones con y sin material de ADN denisovano hace más de 44.000 años atrás", dijo. "La presencia de material genético denisovano en algunos, pero no todos los grupos, puede ser más fácilmente explicado si los denisovanos vivieron en el en el sudeste de Asia".
Los resultados del trabajo de investigación aparecen en el American Journal of Human Genetics con fecha 22 de septiembre. Esta investigación se basa en un trabajo previo de Reich y sus colegas del Instituto Max Planck, en el cual analizaron un antiguo hueso del dedo meñique descubierto por arqueólogos rusos en la cueva Denisova de Siberia en 2008. El equipo del Instituto Max Planck, dirigido por Svante Pääbo, secuenció el genoma nuclear del hueso, y Reich llevó a cabo el análisis de genético de la población utilizando algoritmos que él y sus colegas desarrollaron.
En los informes publicados en Nature, en diciembre de 2010, el equipo identificó a los denisovanos como un grupo distinto de los humanos arcaicos que vivió hace más de 30.000 años atrás y que transmitió sus genes a la actual población de Nueva Guinea. Ellos concluyeron que los denisovanos no eran neandertales ni los primeros humanos modernos, a pesar de que comparten un ancestro común.
Este trabajo ayudó a llenar con piezas algunos vacíos del rompecabezas evolutivo que comenzó después de que los primeros humanos salieran de África y refuerza la idea de que se han cruzado en todas partes a lo largo de la historia.
Huellas genéticas
El nuevo estudio fue iniciado por Stoneking, un experto en la variación genética del sudeste de Asia y Oceanía, que ha reunido a diversas muestras de la región. El estudio da un vistazo más de cerca a la huella genética de los denisovanos. Los investigadores analizaron el ADN de decenas de poblaciones actuales en el sudeste de Asia y Oceanía, incluyendo Borneo, Fiji, Indonesia, Malasia, Australia, Filipinas, Papúa Nueva Guinea y la Polinesia. Algunos de los datos ya existían, y otros fueron recogidos recientemente para el estudio.
Su análisis muestra que, además de Nueva Guinea, los denisovanos contribuyeron al material genético de los aborígenes australianos, al grupo "Negrito" de Filipinas llamado Mamanwa, y a varias otras poblaciones en el este de Asia sudoriental y Oceanía. Sin embargo, los grupos en el oeste o noroeste, incluyendo otros grupos "Negrito", tales como los Onge de las Islas Andaman y el Jehai en Malasia, así como los asiáticos del este del continente, no se cruzaron con los denisovanos.
Los investigadores concluyeron que:
* Los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos en el sureste de Asia al menos 44.000 años antes del momento de la separación de los australianos y de los habitantes de Nueva Guinea.
* El sudeste de Asia fue primeramente colonizado por los humanos modernos no relacionados con los chinos e indonesios de hoy en día, y que estos y otros asiáticos del este llegaron en migraciones posteriores. Esta hipótesis de "la ruta del sur" ya ha sido previamente apoyada por la evidencia arqueológica, pero nunca tuvo un fundamento genético fuerte.
Investigadores del Instituto Broad del MIT y de Harvard, de Alemania, India, Taiwán, Japón, Malasia y los Países Bajos también contribuyeron al estudio, el cual fue financiado por la Sociedad Max Planck y la Fundación Nacional de Ciencias del programa HOMINID.