Hace cosa de un mes saltaba la noticia de cómo unos arqueólogos egipcios y suizos descubrieron por casualidad, en el Valle de los Reyes de Egipto, la tumba de una cantante que vivió hace casi 3.000 años. El equipo de la universidad de Basilea, dirigido por Elena Pauline-Grothe y Susanne Bickel, la halló mientras limpiaban un pasadizo que enlaza con el sepulcro del faraón Tutmosis III (1479-1425 a. C.), en el sitio de Karnak, cerca de Luxor (a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo, capital de la antigua Thebas).
La mujer, llamada Nehmes Bastet (o Ni Hems Bastet) era hija del Sumo Sacerdote de Amón y cantó para el dios supremo Amón-Ra durante la XXII dinastía (945-712 a.C.), según una placa de madera hallada en la tumba. Posiblemente Nehmes Bastet supiera, además, tañer uno o varios instrumentos y puede que los que más usara fuesen de cuerda, o incluso también dominase los de percusión; y también es posible que conociese los de viento, aunque en este caso difícilmente podría cantar y tocar a vez.
"Orquesta" egipcia (de izquierda a derecha):
tocando palmas, arpa de hombro, chirimía doble,
laúd egipcio, lira asimétrica y arpa.
Siendo la hija de un sacerdote, de status social elevado, probablemente hubiese recibido una educación completa: parece generalmente aceptado que las artes musicales tenían mucho que ver con los estudios cosmológicos y matemáticos, los mismos que un día les llevaron a construir las colosales pirámides. Y además debió aprender las "leyes" de la música que tanto defendería Platón siglos más tarde —poniendo como ejemplo, precisamente, la música egipcia—.
También es de suponer que aprendió la difícil técnica para tañer los cordófonos, por cierto, bastante elaborada, además de que su status social le hubiese permitido pagar al luthier el elevado coste que suponía fabricar un instrumento de cuerda (la tensión y afinación de las cuerdas, la elaboración de la caja de resonancia, llegado el caso…).
Es muy probable que Nehmes Bastet aprendiese el lenguaje musical egipcio, basado en la quironimia, es decir, un lenguaje musical de signos reproducido por los maestros-directores a través de sus manos, las cuales indicaban la altura y las notas concretas que se debían tocar.
Arriba: Quirónomos enseñando las "notas"
(por lo general, la tónica y la fundamental) a los flautistas.
Abajo: dos arpistas.
Por su nivel cultural y su clase social, posiblemente sus cánticos no habrían de ser extremadamente "populares", sino que pertenecerían más a un ámbito culto y, sobre todo, de temática religiosa, tal y como nos revela la placa encontrada en su tumba. De hecho, los egiptólogos y musicólogos dedicados al estudio de la música en el antiguo Egipto están de acuerdo en que la música estaba dividida entre la popular y festiva, por un lado y, por otro, la relacionada con los ritos funerarios y religiosos, siendo éstos una importante fuente de producción musical. Lejos de ser estridentes, los cantos de Nehmes Bastet debieron ser suaves, tal y como podemos escuchar en el ejemplo del vídeo (resultado del estudio del musicólogo español Rafael Pérez Arroyo, 2001).
Sea como fuere, el descubrimiento de la tumba de Nehmes Bastet muestra que el Valle de los Reyes también se usaba para enterrar a individuos corrientes y sacerdotes de la XXII dinastía.