Desde 1959 Margaret Thatcher había sido miembro del Parlamento del Reino Unido. Pero hasta 1975 nadie conocía a Margaret Thatcher; era una perfecta desconocida, hasta que fué invitada para acudir a la Reunión del Club Bilderberg en Turquía en el año 1975. Desde entonces, su ascenso al poder fue meteórico…
El 11 de febrero de 1975, la Sra. Thatcher se convirtió en la líder del Partido Conservador y en mayo de 1979 en la Primera Ministra del Reino Unido.
Pero hacia 1990, fecha en la que el Presidente estadounidense George Bush padre anunció El Nuevo Orden Mundial en un discurso ante las Naciones Unidas, la Primera Ministra británica se opuso a entregar la soberanía del Reino Unido bajo el Supraestado Europeo diseñado por el Club, y se negó a aprobar un programa para la adopción de la moneda única europea, el euro.
El Gobierno norteamericano de Ronald Reagan ordenó a la CIA que liquidara al General argentino Leopoldo Galtieri, porque con el contencioso de Malvinas podía incendiar a toda América y a todo el mundo. Después de que Galtieri dejara la Presidencia el 18 de junio de 1982 ya no fué necesario para la CIA seguir con el plan.
El periodista de investigación Jim Tucker, uno de los mayores expertos en el Club Bilderberg, asegura que los dirigentes del Club Bilderberg se cargaron la carrera política de Margaret Thatcher por no obedecer las directrices que desde el Club la habían marcado, y el propio partido político de los conservadores británicos aniquiló políticamente a Thatcher, en favor de John Major, un lacayo insulso a las órdenes de Bilderberg.
La Dama de Hierro, que había ordenado la Invasión de las Islas Malvinas en 1982, tuvo que dejar de ser la líder del Partido Conservador y Primera Ministra del Reino Unido. Y así, el 28 de noviembre de 1990 despues de dar un discurso en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico, abandonó Downing Street entre lágrimas. Posteriormente calificó su expulsión como una traición.
Pero quien había traicionado a los Amos del Mundo era ella. Y Roma y Bilderberg no pagan traidores.
En la actualidad Margaret Thatcher padece demencia senil, y ya tienen preparado un funeral de faraona para cuando llegue el momento.
En el Reino Unido había surgido una corriente de impopularidad con el Conflicto de las Malvinas. Un gran éxito internacional para el Gobierno Thatcher, pero que sabía a Victoria Amarga. Y este descontento con la aventura bélica fué defendido por el partido laborista, especialmente en la figura del diputado Tam Dalyell.
Tam Dalyell fué muy crítico con la conducta temeraria y arrogante de la Sra Thatcher en la Guerra de las Malvinas, acusándola de hundir el crucero argentino General Belgrano, fuera de las aguas de exclusión, causando 323 muertos. Muchos vieron en este acto un crimen de guerra.
Para Dalyell, a Thatcher le importaban un rábano los pocos habitantes que estaban establecidos en las Islas Malvinas. Se trataba de una política británica, interna y de escaparate al mundo, antes que de un interés real por los isleños. Durante la Invasión, los británicos se cargaron a 3 civiles isleños por “fuego amigo”; bombardearon sus casas.
De hecho, los habitantes de Malvinas dicen que los argentinos les hicieron un gran favor, ya que antes estaban completamente olvidados por Inglaterra y a raíz del conflicto fué cuando empezaron a preocuparse por ellos, o mejor dicho por las islas. Además que Thatcher utilizó una guerra sangrienta para ser reelegida en el cargo de Primera Ministra.
Algunos barcos ingleses que fueron atacados por las Fuerzas Aéreas Argentinas se hundieron con armas nucleares a bordo. Según Dalyell “Este problema no es teórico; tenemos evidencias de que el HMS Sheffield se hundió con armas nucleares a bordo”.
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