Un inusual comportamiento solar produjo una explosión de extraordinaria magnitud. Localizada por un observatorio espacial de la NASA, podría perturbar la actividad de los satélites, las comunicaciones y las redes eléctricas en la Tierra el miércoles.
Desde 2006 no se había observado una eyección de tal magnitud, según la meteorología estadounidense (NWS).
"El Sol sufrió el 7 de junio una eyección solar de mediana fuerza (M-2) con una expulsión de masa coronal (CME) visualmente espectacular", precisó el observatorio dinámico solar de la agencia espacial en un comunicado.
El centro de previsiones espaciales de NWS describió el fenómeno como "espectacular" y "susceptible de provocar una tormenta geomagnética de menor a moderada el 8 de junio a partir de las 18 GMT".
Esta tormenta "contiene una cantidad importante de protones de alta energía, superior a 100 megaelectronvoltios (MeV), algo que no se había producido desde diciembre de 2006, según el comunicado.
La tormenta geomagnética podría provocar problemas en las redes eléctricas, especialmente en los satélites GPS, y obligar a los aviones a modificar su itinerario por encima de las regiones polares, explicó un vocero.
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