Los famosos moáis de Isla de Pascua fueron erigidos por los polinesios, pero ¿los nativos de América del Sur jugaron algún papel en la isla? Crédito: P. Drozd / Creative Commons
Vía: Science | Andrew Lawier| 6 de febrero de 2012 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Las islas dispersas del vasto Océano Pacífico fueron colonizadas por los marinos que partieron de las costas orientales e islas de Asia y viajaron miles de kilómetros en botes o lanchas. Mientras tanto, la América del Sur pre-colombina fue poblada por gentes que cruzaron un puente de tierra, ahora desaparecido, mucho más al norte. ¿Estos dos grupos se encontraron alguna vez en el Nuevo Mundo? Hay una buena posibilidad de que así fuera, según un nuevo estudio, el cual ha descubierto evidencias de que los isleños de Pascua pudieron haber llegado a América del Sur y mezclarse con los nativos americanos que ya estaban allí.
El inmunólogo de Universidad de Oslo, Erik Thorsby (foto a la izquierda), comenzó primero a analizar la población de la Isla de Pascua en 1971 para ver si él y sus colegas podían detectar rastros de una primera contribución de los nativos americanos a los polinesios. Él cree que sus recientes hallazgos pueden demostrar que los nativos americanos pudieron haber acompañado a los polinesios desde la costa de América del Sur a la Isla de Pascua antes de la llegada de los europeos.
La isla, también llamada Rapa Nui, es un lugar remoto y rocoso a 3700 kilómetros al oeste de la costa de América del Sur. Hubo gentes de la isla que fueron forzosamente deportadas al Perú en la década de 1860 y esclavizadas. Por tanto, la evidencia de mezcla de genes americanos y nativos de la Polinesia pueden derivarse de este momento. Pero Thorsby tuvo la posibilidad de utilizar muestras de sangre de los isleños, recopiladas desde la década de 1970, para examinar en su ADN determinados marcadores genéticos.
Como se esperaba, la mayoría de los marcadores señalaron genes comunes con otros polinesios. Sin embargo, los antígenos leucocitarios -un grupo de genes que codifican proteínas esenciales para el sistema inmunológico humano- hallados en las muestras mostraron que unos pocos individuos tenían un tipo, o alelo, que se encuentra sólo entre los nativos americanos.
Los alelos en cuestión se hallaron en dos haplotipos diferentes -un conjunto de alelos heredados por un individuo a partir de un solo padre- en individuos no relacionados. Esta y otras pruebas genéticas circunstanciales sugieren que los alelos son antiguos y fueron introducidos siglos antes de que los isleños de Pascua fueran enviados al Perú por los europeos, informa Thorsby en Philosophical Transactions of the Royal Society B.
"Los resultados de nuestros estudios sugieren que los polinesios visitaron América del Sur entre los años 1400 a 1500 pudiendo haber tomado a algunos indios americanos con ellos a su regreso a la Isla de Pascua", dijo Thorsby en un correo electrónico desde dicha isla, donde está llevando a cabo más investigaciones. Esta conclusión es, no obstante, "especulativa", agregó.
Los investigadores han visto algunos otros indicios de contacto entre los polinesios y las gentes del Nuevo Mundo. Algunas plantas, como la papa dulce, se originó en la cordillera de los Andes, pero al parecer se extendió por todo el Océano Pacífico antes de la llegada de Colón. Los investigadores han observado indicios de similitudes lingüísticas y artísticas entre la región de América del Sur occidental y la cultura polinesia. Sin embargo, la evidencia arqueológica definitiva no existe. Encontrar una prueba genética de que los nativos americanos y polinesios se mezclaron antes de la llegada de Colón al Nuevo Mundo en 1492 demostraría que los polinesios tenían la capacidad para llegar a América del Sur.
No obstante, la afirmación de Thorsby está siendo recibida con un cortés escepticismo por parte de un investigador familiarizado con el pasado de la isla de Pascua. "Es bueno ver este tipo de investigación, pero una respuesta definitiva no es realmente posible, dada la falta de control cronológico", dice el arqueólogo Terry Hunt (foto a la izquierda), de la Universidad de Hawai, Manoa, quien ha trabajado a fondo en la isla.
Él aduce que los datos Thorsby no impiden la posibilidad de que la mezcla entre estos grupos se produjera más tarde, después de que llegaran los europeos. "No puede descartarse que los genes de los nativos americanos llegaran a Rapa Nui con el contacto europeo". Argumenta que lo que se necesita para probar la teoría son esqueletos anteriores a la llegada de los europeos en 1722. Pero, hasta ahora, la mayoría de los pocos restos existentes parecen ser posteriores. "Las probabilidades no son muy grandes" de encontrar antiguos huesos humanos que puedan proporcionar ADN, añade.
Thorsby reconoce que son necesarios más estudios de ADN sobre material antiguo, pero mantiene la esperanza de que pueda hacerse con el caso.
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