Sorprendente, elocuente y conmovedor discurso de Mike Prysner indicando quiénes son el enemigo verdadero de su país, Estados Unidos y esto, sirve para todos.
“Nuestro verdadero enemigo no son los que viven en una tierra lejana, cuyos nombres o políticas no entendemos; El verdadero enemigo es un sistema que hace la guerra cuando es rentable, los directores generales que nos despiden de nuestros puestos de trabajo cuando es rentable, las Compañías de Seguros que nos niegan la atención sanitaria cuando ya no es rentable, los bancos que se llevan nuestras casas cuando ya no somos rentables. Nuestros enemigos no están a varios cientos de miles de kilómetros de distancia de nosotros. Ellos están aquí frente a nosotros”
- Mike Prysner, Veterano de guerra.
Wisconsin, epicentro de un terremoto político en EE UU
A la sombra de la sublevación popular en el mundo árabe ha ido creciendo en las últimas semanas en el corazón de la América industrial, en Wisconsin, un movimiento de protesta que tiene un origen sindical y local, pero que, en realidad, es un reflejo del mayor y más complejo debate que tiene lugar en estos momentos en Estados Unidos: la reducción del déficit público y el papel del Estado. Del resultado de ese debate depende no solo el futuro político de Wisconsin, sino el rumbo de este país en la próxima década.
El conflicto comenzó por la audacia de un gobernador republicano, Scott Walker, quien, espoleado por el avance de las ideas conservadoras en las elecciones de noviembre y forzado por la lastimosa situación financiera del Estado de Wisconsin, decidió atacar el problema presupuestario desde dos frentes, el económico y el ideológico. Propuso una ley que impide que los sindicatos negocien convenios colectivos para los trabajadores públicos excepto para acordar mejoras salariales, e incluso en ese caso solo podrán hacerlo sin sobrepasar el índice de inflación del Estado. De esta manera, Walker pretendía al mismo tiempo reducir la nómina de los funcionarios y el poder de los sindicatos, que equivale a reducir el poder del Partido Demócrata, para el que habitualmente recaudan fondos y piden el voto.
Esta propuesta no quedó, por supuesto, sin respuesta de quienes se sentían el blanco del ataque conservador: los trabajadores públicos de Wisconsin, los sindicatos y el Estado federal, representado por el propio Barack Obama. "Yo no creo que se haga ningún bien a nadie cuando los trabajadores públicos son denigrados, vilipendiados o privados de sus derechos", dijo el lunes el presidente al dirigirse a una reunión de gobernadores, a la que, por cierto, no acudió Walker.
El conflicto comenzó por la audacia de un gobernador republicano, Scott Walker, quien, espoleado por el avance de las ideas conservadoras en las elecciones de noviembre y forzado por la lastimosa situación financiera del Estado de Wisconsin, decidió atacar el problema presupuestario desde dos frentes, el económico y el ideológico. Propuso una ley que impide que los sindicatos negocien convenios colectivos para los trabajadores públicos excepto para acordar mejoras salariales, e incluso en ese caso solo podrán hacerlo sin sobrepasar el índice de inflación del Estado. De esta manera, Walker pretendía al mismo tiempo reducir la nómina de los funcionarios y el poder de los sindicatos, que equivale a reducir el poder del Partido Demócrata, para el que habitualmente recaudan fondos y piden el voto.
Esta propuesta no quedó, por supuesto, sin respuesta de quienes se sentían el blanco del ataque conservador: los trabajadores públicos de Wisconsin, los sindicatos y el Estado federal, representado por el propio Barack Obama. "Yo no creo que se haga ningún bien a nadie cuando los trabajadores públicos son denigrados, vilipendiados o privados de sus derechos", dijo el lunes el presidente al dirigirse a una reunión de gobernadores, a la que, por cierto, no acudió Walker.
Los trabajadores ocuparon el Congreso de Wisconsin -sin violencia porque es de libre acceso a todos los ciudadanos-, los demócratas de ese Estado se negaron a participar en el debate de la ley y huyeron a Estados vecinos para no ser obligados por la policía a acudir a sus escaños, como el gobernador, en uso de sus potestades, ha ordenado hacer. El pasado fin de semana los sindicatos realizaron manifestaciones de solidaridad en varias ciudades y el país se encuentra sumergido en una estimulante polémica sobre cuál de los dos bandos tiene razón.