El HAARP se ha mostrado a la opinión pública como un programa de investigación científica y académica. Sin embargo, documentos militares de los Estados Unidos indican que el objetivo del HAARP es “explotar la ionosfera para fines del Departamento de Defensa”. Sin referirse al programa HAARP explícitamente, un estudio de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se refiere al uso de “modificaciones ionosféricas inducidas” como un medio de alterar los regímenes meteorológicos así como de afectar las comunicaciones y el radar enemigos.
De acuerdo con la doctora Rosalie Bertell, el HAARP es parte de un sistema integrado de armas, que trae consecuencias devastadoras para el medio ambiente. Está relacionado con cincuenta años de programas intensivos y cada vez más destructivos, creados para comprender y controlar la atmósfera superior.
Sería precipitado no asociar el HAARP a la construcción del laboratorio espacial que los Estados Unidos están planificando de forma independiente. HAARP forma parte integrante de una larga historia de investigación y desarrollo espaciales de carácter deliberadamente militar.
Las consecuencias militares que resultan de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de combinar el HAARP, el Laboratorio Espacial y el cohete, para generar grandes cantidades de energía, comparable con una bomba nuclear, en cualquier lugar de la tierra mediante rayos láser y haces de partículas, es escalofriante. Es probable que el proyecto se venda al público como un escudo espacial contra las armas venideras, o, para los más crédulos, un dispositivo para reparar la capa de ozono. Además de la manipulación del clima, el HAARP tiene varios usos conexos: El HAARP podría contribuir al cambio climático mediante el bombardeo intensivo a la atmósfera con rayos de alta frecuencia…La devolución de ondas de baja frecuencia a una alta intensidad también podría afectar el cerebro de las personas, y no se podrían descartar los efectos en los movimientos tectónicos.
De manera más general, el HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético del planeta. Forma parte de un arsenal de “armas electrónicas” que los investigadores militares estadounidenses consideran como una “guerra más gentil y amable”.
… El HAARP forma parte del arsenal del Nuevo Orden Mundial en el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Desde los puntos militares principales de los Estados Unidos, se podrían desestabilizar potencialmente economías nacionales enteras utilizando las manipulaciones del clima. Lo que es más importante, esta última podría ponerse en práctica sin el conocimiento del enemigo, a un costo mínimo y sin emplear personal y equipamiento militares como en una guerra convencional. El uso de HAARP, si se llega aplicar, podría traer consecuencias potencialmente devastadoras para el clima mundial. Para satisfacer los intereses económicos y estratégicos de los Estados Unidos, se podría utilizar para modificar el clima de manera selectiva en diferentes partes del mundo, lo que provocaría la desestabilización de los sistemas agrícolas y ecológicos. (Fuente: olydan.iespana.es)
Las consecuencias militares que resultan de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de combinar el HAARP, el Laboratorio Espacial y el cohete, para generar grandes cantidades de energía, comparable con una bomba nuclear, en cualquier lugar de la tierra mediante rayos láser y haces de partículas, es escalofriante. Es probable que el proyecto se venda al público como un escudo espacial contra las armas venideras, o, para los más crédulos, un dispositivo para reparar la capa de ozono. Además de la manipulación del clima, el HAARP tiene varios usos conexos: El HAARP podría contribuir al cambio climático mediante el bombardeo intensivo a la atmósfera con rayos de alta frecuencia…La devolución de ondas de baja frecuencia a una alta intensidad también podría afectar el cerebro de las personas, y no se podrían descartar los efectos en los movimientos tectónicos.
De manera más general, el HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético del planeta. Forma parte de un arsenal de “armas electrónicas” que los investigadores militares estadounidenses consideran como una “guerra más gentil y amable”.