11 de marzo de 2011
Annunaki Antiguas Civilizaciones Extraterrestres
Hay tres posibilidades: 1) Los Annunaki se fueron y no volvieron. 2) Todavía están aquí (y han estado), pero están ocultos. 3) Se fueron, pero están de regreso (y puede que no estén muy contentos de lo que ha pasado en su tiempo sabático).
I. Actualmente, hay una falta de evidencia de su presencia actual. Esto es particularmente cierto cuando uno considera su abrumadora presencia y completo envolvimiento en los sucesos de la humanidad desde la creación del hombre hasta los tiempos de Alejando Magno. Sitchin (1985) ha afirmado, que desde el momento de la muerte de Alejandro en el año 232 DC, “las guerras de hombres han sido guerras solamente de hombres”. Sin embargo, Sitchin también ha afirmado (1995) que “Nunca he escrito que nos hayan dejado”.
En tiempos antiguos, la población de la humanidad era extremadamente pequeña comparada con los tiempos modernos. Así la humanidad pudo ser mucho más fácil de controlar por unos cientos de dioses, o una mera docena de Annunaki que eran altamente influyentes en las interacciones a gran escala entre los Annunaki y la humanidad. El incremento exponencial de la población humana, sin embargo, pudo haber restado a los Annunaki la habilidad de llevar el control de la humanidad.
Quizás sea necesaria una analogía. Seguir o llevar el control de una hormiga es considerado una trivialidad para un humano. Pero si el mismo humano se encuentra con una colonia de hormigas guerreras en el camino, ese hombre estará virtualmente desamparado. Su único recurso sería apartarse de su camino. Detener a las hormigas guerreras no sería una opción.
Los Annunaki pudieron sentir lo mismo respecto a los miles de millones de humanos que actualmente dominan la Tierra. Unos pocos pueden ser fáciles de tener bajo control, pero un gran número de almas independientes sería un caos. Y un aspecto está bastante claro: los llamados dioses son definitivamente mortales, aunque viviesen mucho tiempo. Este punto está enfatizado en la historia de Isis y Ra, y en numerosos ejemplos en los textos Sumerios.
II. Hay muchos puntos de vista distintos y contradictorios con los Annunaki – tantas como diferentes filosofías y formas de actuar de sus distintas figuras. No sólo nos encontramos la fuerte rivalidad entre Enki y Enlil, también la encontramos entre Marduk y Ninurta (los dos hijos mayores, respectivamente), entre varias facciones en sus varias guerras (desde “La Batalla de los Titanes” hasta la primera y segunda “Batalla de la Pirámide”), y el hecho de los intentos de la diosa Inanna para tomar el poder en varias ocasiones. La paz entre las varias facciones ha sido difícil en el mejor de los casos, con diosas como Ninki como principal pacificadora.
En esta conexión hay también dos “facciones”, divididas entre aquellos Annunaki nacidos en la Tierra y los que nacieron en su planeta, Nibiru. Entre los últimos estaban Enki, Enlil, Ninki, Marduk y Ninurta. Mientras que Enki y Ninki pudieron tener una especial relación con la humanidad por el hecho de habernos creado (y porque podrían tener poca motivación para regresar a Nibiru), los demás podrían haber tenido poco o ningún interés en el bienestar del hombre y/o la Tierra. Por otro lado, los Annunaki como Innana, su hermano gemelo, Utu, así como Nanna, Ningal e Iskhur, nacieron en la Tierra y pudieron sentir que su destino estaba ligado a este planeta. Al mismo tiempo, sin embargo, podrían no haber sentido ninguna preocupación por el devenir de la humanidad.
Las opiniones y motivaciones divergentes de los Annunaki pudieron implicar la necesidad del cese de la guerra abierta entre las facciones y permanecer ocultos. Hay referencias en la antigua literatura donde la humanidad ocasionalmente empezó a objetar el hecho de ser utilizados como carne de cañón en las guerras de los Annunaki, y así los dioses pudieron sentir la necesidad de controlar los asuntos humanos sin nuestro conocimiento. También cabe la posibilidad de que las continuas guerras en el planeta hoy en día sean instigadas o inspiradas por fuerzas y agendas ocultas, incluyendo potencialmente las de las diferentes facciones de los Annunaki.
III. También existe la posibilidad de que los Annunaki reconociesen el increíble progreso de la humanidad (que relativamente hablando era enormemente rápida comparada con la suya). Pudieron haber actuado en consecuencia. Si un Annunaki típico, por ejemplo, era capaz de vivir hasta 400.000 años, y el hombre vive (actualmente) unos 80 años, esto asciende a un múltiplo de 5000. Si, por ejemplo, un humano duerme 8 horas, ¿implica esto que un Annunaki duerme cuatro años y medio? Más aún, si el ratio de progreso de un Annunaki en términos de crecimiento es medido por su historia, llegamos a la conclusión de que las escalas temporales de los Annunaki son extremadamente diferentes a las de la humanidad.
Se ha sugerido por parte de autores como Ferguson (1995) y Frissel (1994) que la velocidad a la que evoluciona la humanidad es extremadamente rara en el universo, y posiblemente sea el resultado de un experimento interplanetario de manipulación genética (cuando Enki y Ninki cruzaron al Homo Erectus con los Annunaki).
IV. Lao Tzu, Confucio, Buda y Zaratustra nacieron todos en los cien años que van desde el 550 al 650 AC. Con ellos nacieron las enseñanzas filosofías y religiosas, que por primera vez, se apartaban de la adoración de dioses y diosas, y se veían envueltas en filosofías más profundas sobre un Dios universal. Desde este punto de vista, el/los dioses del Génesis no eran el Dios del Universo, sino una descripción de Enki o Enlil, y en menor grado, de otros Annunaki.
¿Fueron estas más profundas filosofías que florecieron alrededor del siglo VI AC una coincidencia, un evento inspirado en un Dios universal, o quizás, un regalo de Enki y/o Ninki? Hay que tener en cuenta que Ninki es muy probablemente el foco original de los matriarcados y las diosas femeninas que florecieron durante decenas de miles de años hasta la destrucción final de Creta cerca de 1250 AC cuando la última versión “oficial” de las religiones de diosas fue forzada al ostracismo. La cuestión que aún queda sin respuesta es si Ninki, o alguna combinación de otros dioses Annunaki, introdujeron verdaderas filosofías seiscientos años antes de nuestra era. Es una posibilidad distinta.
V. Numerosas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han desaparecido de forma abrupta después de haber establecido culturas prósperas. Varias culturas Mesoamericanas como los Olmecas, Toltecas y Mayas, aisladas de otras influencias, parecen simplemente haber desaparecido de la noche a la mañana, dejando sus ciudades y sus bienes intactos. Teotihuacan, por ejemplo, parece haber sido abandonada alrededor del año 200 AC.
Una explicación de por qué estas culturas desaparecieron de la vista puede derivar en parte del antiguo dios principal de México y América Central, Quetzalcoatl. De acuerdo a Sitchin (1990-2), el dios serpiente emplumada, Quetzalcoatl, no fue otro que la deidad Sumeria, Ningishzida, uno de los hijos pequeños de Enki y unos de los Annunaki de menor beligerancia. Quetzalcoatl también se identifica con el dios Egipcio Thoth. (A este respecto, se piensa que Marduk era Ra, Enki era Ptah, e Inanna era Isis. Esta identificación cruzada se utiliza también para conectar el conflicto y los mitos de Isis/Ra con los de Innana y Marduk).
Como Dios de la Sabiduría, Enki era experto en genética, ingeniería, arquitectura (incluyendo la geometría sagrada), ciencias de la vida (incluyendo cómo resucitar a los muertos), y otras disciplinas esotéricas. Mucha de esa sabiduría y conocimientos fueron aparentemente traspasados a su hijo, Quetzalcoatl/Ningishzida/Thoth, posiblemente desde el punto de vista de Enki el único merecedor digno.
Quetzalcoatl, por lo tanto, pudo ser un Annunaki del lado de los hombres, y pudo asistir en el crecimiento de la gente bajo su cuidado – las culturas de México y América Central, además del antiguo Egipto (especialmente los Reinos Antiguo y Medio) donde Thoth pudo haber suministrado un conocimiento esotérico similar. En particular, Moisés fue comparado con Thoth en el trabajo del filósofo Judeo-Griego del siglo II AC, Artapanus, quien acreditó al profeta con una gama de inventos “científicos” (Hancock 1992). Así, la capacidad de Moisés de fabricar el Orme – de su tiempo como príncipe de Egipto – pudo venir directa o indirectamente de Thoth.
Hudson (1994) cree, por ejemplo, que Moisés empleo el tiempo en el Monte Sinaí para fabricar una fundición y crear el Orme. El hecho de que posteriormente tuviese que llevar un velo debido a importantes quemaduras en su cara hacen viable esta consideración. Además, Moisés debía traer del Monte “las tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles” (Exodo, 24:12). No mandamientos en tablas de piedra, sino tablas de piedra, y la ley, y mandamientos. Las tablas de piedra eran indudablemente el Orme, que Moisés había hecho en el Monte que estuvo cubierto de nubes durante seis días, y que fue visto “como un fuego abrasador en la cumbre del monte” (Exodo, 24:17). ¡Además, no se aprenden leyes escritas en tablas que permanecen ocultas!
VI. Durante el tiempo de la conquista de México y Perú por parte de los conquistadores Españoles, una increíble cantidad de oro y plata fueron enviados por barco a España. Se estima que la cantidad de oro y plata “extraídos” solamente del Imperio Inca sumaban unos 60 millones de onzas de oro y 300 millones de onzas de plata (y los conquistadores nunca pensaron realmente haber encontrado el Dorado).
Si el oro era tan precioso para los Annunaki, ¿por qué esta cantidad ingente de oro residiendo en México y Perú en 1500 DC? ¿Dejaron los Annunaki de recoger el oro en épocas recientes, permitiendo su acumulación? ¿Seguían los mineros indios extrayendo oro, aún cuando ya no había dios alguno demandando su continua producción?
Hay que tener en cuenta que en el caso del Imperio Inca, que el territorio de América del Sur estaba bajo el control de Ishkur, identificado como el Gran Dios Inca, Viracocha. Había una clara demarcación entre el territorio de Quetzalcoatl y Viracocha. Y también hay alguna indicación de que Viracocha/Ishkur, el “Dios de la Guerra”, pudo haber empujado a un lado a Quetzalcoatl/Thoth/Ningishzida - teniendo en cuenta las leyendas de la salida de Quetzalcoatl de América Central y su promesa de volver – los hechos dicen que los métodos de actuación en Sudamérica no fueron por el beneficio de la población humana. Ishkur no era el tipo de Annunaki que liberaría a los esclavos y cesase en su demanda del oro que “pertenecía a los dioses”.
Por otro lado, y esto puede ser de vital importancia, los Annunaki pudieron haber tenido muy poco interés en el oro amarillo, esencialmente el oro en su estado metálico. Si el oro mono-atómico (junto con los mono-atómicos rodio, iridio, etc.) era en lo que los dioses estaban interesados, entonces el oro amarillo pudo haber sido considerado como un producto de desecho en la extracción de los elementos mono-atómicos. Así, el exceso del oro en los antiguos Imperios Azteca e Inca no implica necesariamente la ausencia de Anunnakis. Es decir, el oro amarillo de los incas no era el oro que era "bueno".
VII. Hoagland (1994) ha presentado un fascinante concepto en su análisis de la llamada “Cara de Marte” localizada cerca del área de Cydonia. La región incluye lo que parecen ser pirámides situadas en ángulos precisos en relación las unas con las otras y con la “Cara” misma. La evidencia de construcciones artificiales de seres inteligentes en algún tiempo sobre Marte es impresionante. Y las similitudes entre esas estructuras y aquellas de Sumeria, Egipto y México sugieren una conexión entre ellas, e implícitamente con los Annunaki. Informaciones más recientes han sugerido estructuras en la Luna.
Las estructuras Marcianas y Lunares pueden o no estar activas en el presente, pero con la limitada información disponible, no puede clarificarse de una u otra forma. Es posible, sin embargo, que estas estructuras hubiesen servido como base o pequeña escala en los esfuerzos de colonización del pasado, y hay alguna evidencia (Sitchin, 1990-1) de actividad reciente en Marte. Dicha evidencia, sin embargo, tiende a caer en la misma categoría que los informes de OVNIS. Es extremadamente difícil hacer juicios definitivos en cuanto a su exactitud. Por otro lado, la actividad OVNI en las proximidades de los volcanes puede tener que ver con el hecho de que los volcanes son la fuente primaria de elementos mono-atómicos. Estas consideraciones, desafortunadamente, son altamente especulativas, y actualmente, tienen pocas posibilidades de dar con una respuesta clara.
VIII. Las guerras internas entre los Annunaki se ha manifestado en una variedad de formas. Esto incluye aspectos relativamente mundanos como los diferentes puntos de vista filosóficos con respecto a códigos de la ley. Por ejemplo, mientras que las llamadas leyes originales de los Sumerios eran realmente leyes de comportamiento (“cuidar de las viudas”, “no engañar a los trabajadores”, y por el estilo), un código posterior instigado por Marduk detalla castigos específicos para diferentes crímenes. Conocido como el código Hammurabi, éste último utilizaba el miedo a la represalia como fuerza motivadora, en lugar del anterior concepto de hacer lo que está bien.
Las diferentes facciones Annunaki tenían definitivamente distinto modos de actuación. Esto se hace relevante para nuestra tesis si nos preguntamos quién estaba al mando. El mito de Ra e Isis (o Marduk e Inanna), detalla un tiempo cuando Ra era viejo y senil, e Isis procedió a quitarle sus poderes. El resultado final fue que Isis “conoció a Ra por su nombre propio”, y Ra “se escondió así mismo de los dioses, y su puesto en el barco de millones de años quedó vacío”. La implicación es que Ra fue vencido y perdió su posición en la jerarquía Annunaki. Es importante reseñar que el mito deriva de la XVIII dinastía, aproximadamente (según Emmanuel Velikovsky) en tiempos del Rey Salomón y la Reina Hatshepsut de Egipto (alrededor del año 1000 AC). Así, Marduk pudo muy bien haber inspirado mucha de la historia Babilónica (del 2000 al 1000 AC), pero después lo perdió todo en Egipto en las manos de la “gran diosa, Isis”).
Adicionalmente, los Annunaki dieron una importancia considerable a las alineaciones astronómicas. Dataron el comienzo del calendario Nippuriano (el mismo que el calendario Judío) en el año 3.760 AC en la Era de Tauro, basado en una conjunción en masa de planetas. Dos milenios después, cambiaron el calendario para que en vez de Tauro, se convirtiera en la Era de Aries. (Las Eras se suceden al revés, debido a la Precesión de los Equinoccios de la Tierra). Al mismo tiempo, se cambió la astrología para colocar a Aries en la Ascendente en lugar de Tauro. (Fue también una época en la que se degradó a la mujer en relación al hombre, pero esa es otra historia). El comienzo de la nueva Era de Aries estuvo marcada por un alineamiento astronómico de todos los planetas visibles (incluyendo al Sol y la Luna) en marzo de 1993 AC – que es también el comienzo del Calendario Chino.
El significado de las eras astronómicas es importante en tanto que Marduk fue apartado del poder en Babilonia por las alegaciones de su hermano, Jergal, de que todavía no era el tiempo para la Era de Aries – Aries identificado como el planeta de Marduk, Marte-. De la misma manera, la Era de Piscis, que comienza entre los años 200 a 600 AC es identificada con el Planeta Neptuno, que a su vez es identificado con Enki. Esto puede explicar por qué la Era Astrológica de Piscis comienza con los filósofos (Lao Tze, Buda, etc. – quizás incluyendo a Jesús). También puede explicar por qué los Annunaki no se hacen plenamente presentes – Enki podría estar actualmente al mando. Para nuestros propósitos, el tema relevante puede ser la llegada de la Era de Acuario – tradicionalmente asociado con el planeta Urano, e identificado con Anu, el padre de Enki y Enlil.
Así la temporal y aparente ausencia de los Annunaki puede deberse a la Era de Piscis en la que a la humanidad se la está permitiendo algo de pausa para crecer y desarrollarse. También llevaría consigo la presentación y consecuente disponibilidad de profundas filosofías cuyas bases ayudarían en nuestro crecimiento. Al mismo tiempo, la Era de Piscis puede estar llegando a su fin en un futuro muy cercano con la más que probable fecha de 2012. (Sin embargo, hay un espectacular alineamiento de planetas el 8 de Septiembre de 2048, y esta podría ser la fecha del comienzo de la Era de Acuario).
Conclusiones e Implicaciones Futuras
La evidencia acumulada de varios milenios apoya fuertemente la contención propuesta inicialmente por Zecharia Sitchin (y Lawrence Gardner y otros) de la llegada de extraterrestres a la Tierra para el propósito de la extracción de oro. Estos Annunaki del planeta Nibiru crearon y subsecuentemente interactuaron recíprocamente de formas substanciales con la humanidad durante miles de años. Basándonos en el trabajo de David Hudson, parece claro que los Annunaki vinieron a la Tierra para extraer oro y adquirir suministros de los elementos preciosos (como el rodio, iridio, plata y oro) en su estado mono-atómico con el propósito de ingerirlo como medio para adquirir y mantener sus poderes y potenciar su longevidad. La preponderancia de la evidencia hace de esta conclusión algo virtualmente ineludible.
Adicionalmente, no hay evidencia (con la excepción de la aparente falta de interacción en nuestros días) de que los Annunaki abandonaran la Tierra.
Tampoco existe una motivación conocida que les hubiera hecho abandonar la Tierra. Por otro lado, existen argumentos razonables y convincentes que sugieren que los Annunaki están todavía en el planeta, pero fuera de la vista. Podrían estar, sin embargo, manteniendo cualquier control que pudieran estar ejercitando a puerta cerrada. Más allá, es muy posible que existan varias facciones de Annunaki con objetivos y agendas dispares para la humanidad, y que estos desacuerdos puedan muy bien estar manejando los asuntos de la humanidad.
Las conclusiones sugieren dos notables implicaciones. La primera es el conocimiento, desde el cual cada uno de nosotros comienza a tener una visión de nuestro mundo y nuestra sociedad de un modo distinto. Este es el proceso de evaluar nuestros paradigmas – nuestra manera de ver el mundo que se ha desarrollado desde su nacimiento y que incluye posiblemente mal interpretaciones serias – y considerar si queremos revisar nuestro paradigma. Es un proceso que demanda de nuestra atención sobre los eventos de nuestras vidas, y reconocer las diferencias fundamentales entre los “dioses” y el creador del Universo.
La otra implicación es si nosotros como raza podemos o no esperar una implicación abierta de los Annunaki en nuestras vidas. El aprecio que los Annunaki demostraron por las alineaciones astronómicas de planetas como medio de determinar cuándo ciertos eventos deben proceder ya ha sido mencionada. Sabemos, por ejemplo, que un alineamiento en el año 4000 AC inició aparentemente la Civilización Sumeria, un alineamiento en el año 3100 AC pudo haber iniciado las civilizaciones Egipcias y del Valle del Indo (así como el Calendario Maya), una alineación en el año 1993 AC inició el Calendario Chino y efectivamente comenzó el reinado de Marduk, el Templo de Salomón (año 1000 AC) fue retrasado desde los tiempos de David (“porque no había llegado el momento”), y la Era Cristiana llegó aproximadamente en el año 4 AC, poco después de que las profundas filosofías del Este dieran comienzo y después de que los Annunaki desaparecieran de la vista.
I. Actualmente, hay una falta de evidencia de su presencia actual. Esto es particularmente cierto cuando uno considera su abrumadora presencia y completo envolvimiento en los sucesos de la humanidad desde la creación del hombre hasta los tiempos de Alejando Magno. Sitchin (1985) ha afirmado, que desde el momento de la muerte de Alejandro en el año 232 DC, “las guerras de hombres han sido guerras solamente de hombres”. Sin embargo, Sitchin también ha afirmado (1995) que “Nunca he escrito que nos hayan dejado”.
En tiempos antiguos, la población de la humanidad era extremadamente pequeña comparada con los tiempos modernos. Así la humanidad pudo ser mucho más fácil de controlar por unos cientos de dioses, o una mera docena de Annunaki que eran altamente influyentes en las interacciones a gran escala entre los Annunaki y la humanidad. El incremento exponencial de la población humana, sin embargo, pudo haber restado a los Annunaki la habilidad de llevar el control de la humanidad.
Quizás sea necesaria una analogía. Seguir o llevar el control de una hormiga es considerado una trivialidad para un humano. Pero si el mismo humano se encuentra con una colonia de hormigas guerreras en el camino, ese hombre estará virtualmente desamparado. Su único recurso sería apartarse de su camino. Detener a las hormigas guerreras no sería una opción.
Los Annunaki pudieron sentir lo mismo respecto a los miles de millones de humanos que actualmente dominan la Tierra. Unos pocos pueden ser fáciles de tener bajo control, pero un gran número de almas independientes sería un caos. Y un aspecto está bastante claro: los llamados dioses son definitivamente mortales, aunque viviesen mucho tiempo. Este punto está enfatizado en la historia de Isis y Ra, y en numerosos ejemplos en los textos Sumerios.
II. Hay muchos puntos de vista distintos y contradictorios con los Annunaki – tantas como diferentes filosofías y formas de actuar de sus distintas figuras. No sólo nos encontramos la fuerte rivalidad entre Enki y Enlil, también la encontramos entre Marduk y Ninurta (los dos hijos mayores, respectivamente), entre varias facciones en sus varias guerras (desde “La Batalla de los Titanes” hasta la primera y segunda “Batalla de la Pirámide”), y el hecho de los intentos de la diosa Inanna para tomar el poder en varias ocasiones. La paz entre las varias facciones ha sido difícil en el mejor de los casos, con diosas como Ninki como principal pacificadora.
En esta conexión hay también dos “facciones”, divididas entre aquellos Annunaki nacidos en la Tierra y los que nacieron en su planeta, Nibiru. Entre los últimos estaban Enki, Enlil, Ninki, Marduk y Ninurta. Mientras que Enki y Ninki pudieron tener una especial relación con la humanidad por el hecho de habernos creado (y porque podrían tener poca motivación para regresar a Nibiru), los demás podrían haber tenido poco o ningún interés en el bienestar del hombre y/o la Tierra. Por otro lado, los Annunaki como Innana, su hermano gemelo, Utu, así como Nanna, Ningal e Iskhur, nacieron en la Tierra y pudieron sentir que su destino estaba ligado a este planeta. Al mismo tiempo, sin embargo, podrían no haber sentido ninguna preocupación por el devenir de la humanidad.
Las opiniones y motivaciones divergentes de los Annunaki pudieron implicar la necesidad del cese de la guerra abierta entre las facciones y permanecer ocultos. Hay referencias en la antigua literatura donde la humanidad ocasionalmente empezó a objetar el hecho de ser utilizados como carne de cañón en las guerras de los Annunaki, y así los dioses pudieron sentir la necesidad de controlar los asuntos humanos sin nuestro conocimiento. También cabe la posibilidad de que las continuas guerras en el planeta hoy en día sean instigadas o inspiradas por fuerzas y agendas ocultas, incluyendo potencialmente las de las diferentes facciones de los Annunaki.
III. También existe la posibilidad de que los Annunaki reconociesen el increíble progreso de la humanidad (que relativamente hablando era enormemente rápida comparada con la suya). Pudieron haber actuado en consecuencia. Si un Annunaki típico, por ejemplo, era capaz de vivir hasta 400.000 años, y el hombre vive (actualmente) unos 80 años, esto asciende a un múltiplo de 5000. Si, por ejemplo, un humano duerme 8 horas, ¿implica esto que un Annunaki duerme cuatro años y medio? Más aún, si el ratio de progreso de un Annunaki en términos de crecimiento es medido por su historia, llegamos a la conclusión de que las escalas temporales de los Annunaki son extremadamente diferentes a las de la humanidad.
Se ha sugerido por parte de autores como Ferguson (1995) y Frissel (1994) que la velocidad a la que evoluciona la humanidad es extremadamente rara en el universo, y posiblemente sea el resultado de un experimento interplanetario de manipulación genética (cuando Enki y Ninki cruzaron al Homo Erectus con los Annunaki).
IV. Lao Tzu, Confucio, Buda y Zaratustra nacieron todos en los cien años que van desde el 550 al 650 AC. Con ellos nacieron las enseñanzas filosofías y religiosas, que por primera vez, se apartaban de la adoración de dioses y diosas, y se veían envueltas en filosofías más profundas sobre un Dios universal. Desde este punto de vista, el/los dioses del Génesis no eran el Dios del Universo, sino una descripción de Enki o Enlil, y en menor grado, de otros Annunaki.
¿Fueron estas más profundas filosofías que florecieron alrededor del siglo VI AC una coincidencia, un evento inspirado en un Dios universal, o quizás, un regalo de Enki y/o Ninki? Hay que tener en cuenta que Ninki es muy probablemente el foco original de los matriarcados y las diosas femeninas que florecieron durante decenas de miles de años hasta la destrucción final de Creta cerca de 1250 AC cuando la última versión “oficial” de las religiones de diosas fue forzada al ostracismo. La cuestión que aún queda sin respuesta es si Ninki, o alguna combinación de otros dioses Annunaki, introdujeron verdaderas filosofías seiscientos años antes de nuestra era. Es una posibilidad distinta.
V. Numerosas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han desaparecido de forma abrupta después de haber establecido culturas prósperas. Varias culturas Mesoamericanas como los Olmecas, Toltecas y Mayas, aisladas de otras influencias, parecen simplemente haber desaparecido de la noche a la mañana, dejando sus ciudades y sus bienes intactos. Teotihuacan, por ejemplo, parece haber sido abandonada alrededor del año 200 AC.
Una explicación de por qué estas culturas desaparecieron de la vista puede derivar en parte del antiguo dios principal de México y América Central, Quetzalcoatl. De acuerdo a Sitchin (1990-2), el dios serpiente emplumada, Quetzalcoatl, no fue otro que la deidad Sumeria, Ningishzida, uno de los hijos pequeños de Enki y unos de los Annunaki de menor beligerancia. Quetzalcoatl también se identifica con el dios Egipcio Thoth. (A este respecto, se piensa que Marduk era Ra, Enki era Ptah, e Inanna era Isis. Esta identificación cruzada se utiliza también para conectar el conflicto y los mitos de Isis/Ra con los de Innana y Marduk).
Como Dios de la Sabiduría, Enki era experto en genética, ingeniería, arquitectura (incluyendo la geometría sagrada), ciencias de la vida (incluyendo cómo resucitar a los muertos), y otras disciplinas esotéricas. Mucha de esa sabiduría y conocimientos fueron aparentemente traspasados a su hijo, Quetzalcoatl/Ningishzida/Thoth, posiblemente desde el punto de vista de Enki el único merecedor digno.
Quetzalcoatl, por lo tanto, pudo ser un Annunaki del lado de los hombres, y pudo asistir en el crecimiento de la gente bajo su cuidado – las culturas de México y América Central, además del antiguo Egipto (especialmente los Reinos Antiguo y Medio) donde Thoth pudo haber suministrado un conocimiento esotérico similar. En particular, Moisés fue comparado con Thoth en el trabajo del filósofo Judeo-Griego del siglo II AC, Artapanus, quien acreditó al profeta con una gama de inventos “científicos” (Hancock 1992). Así, la capacidad de Moisés de fabricar el Orme – de su tiempo como príncipe de Egipto – pudo venir directa o indirectamente de Thoth.
Hudson (1994) cree, por ejemplo, que Moisés empleo el tiempo en el Monte Sinaí para fabricar una fundición y crear el Orme. El hecho de que posteriormente tuviese que llevar un velo debido a importantes quemaduras en su cara hacen viable esta consideración. Además, Moisés debía traer del Monte “las tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles” (Exodo, 24:12). No mandamientos en tablas de piedra, sino tablas de piedra, y la ley, y mandamientos. Las tablas de piedra eran indudablemente el Orme, que Moisés había hecho en el Monte que estuvo cubierto de nubes durante seis días, y que fue visto “como un fuego abrasador en la cumbre del monte” (Exodo, 24:17). ¡Además, no se aprenden leyes escritas en tablas que permanecen ocultas!
VI. Durante el tiempo de la conquista de México y Perú por parte de los conquistadores Españoles, una increíble cantidad de oro y plata fueron enviados por barco a España. Se estima que la cantidad de oro y plata “extraídos” solamente del Imperio Inca sumaban unos 60 millones de onzas de oro y 300 millones de onzas de plata (y los conquistadores nunca pensaron realmente haber encontrado el Dorado).
Si el oro era tan precioso para los Annunaki, ¿por qué esta cantidad ingente de oro residiendo en México y Perú en 1500 DC? ¿Dejaron los Annunaki de recoger el oro en épocas recientes, permitiendo su acumulación? ¿Seguían los mineros indios extrayendo oro, aún cuando ya no había dios alguno demandando su continua producción?
Hay que tener en cuenta que en el caso del Imperio Inca, que el territorio de América del Sur estaba bajo el control de Ishkur, identificado como el Gran Dios Inca, Viracocha. Había una clara demarcación entre el territorio de Quetzalcoatl y Viracocha. Y también hay alguna indicación de que Viracocha/Ishkur, el “Dios de la Guerra”, pudo haber empujado a un lado a Quetzalcoatl/Thoth/Ningishzida - teniendo en cuenta las leyendas de la salida de Quetzalcoatl de América Central y su promesa de volver – los hechos dicen que los métodos de actuación en Sudamérica no fueron por el beneficio de la población humana. Ishkur no era el tipo de Annunaki que liberaría a los esclavos y cesase en su demanda del oro que “pertenecía a los dioses”.
Por otro lado, y esto puede ser de vital importancia, los Annunaki pudieron haber tenido muy poco interés en el oro amarillo, esencialmente el oro en su estado metálico. Si el oro mono-atómico (junto con los mono-atómicos rodio, iridio, etc.) era en lo que los dioses estaban interesados, entonces el oro amarillo pudo haber sido considerado como un producto de desecho en la extracción de los elementos mono-atómicos. Así, el exceso del oro en los antiguos Imperios Azteca e Inca no implica necesariamente la ausencia de Anunnakis. Es decir, el oro amarillo de los incas no era el oro que era "bueno".
VII. Hoagland (1994) ha presentado un fascinante concepto en su análisis de la llamada “Cara de Marte” localizada cerca del área de Cydonia. La región incluye lo que parecen ser pirámides situadas en ángulos precisos en relación las unas con las otras y con la “Cara” misma. La evidencia de construcciones artificiales de seres inteligentes en algún tiempo sobre Marte es impresionante. Y las similitudes entre esas estructuras y aquellas de Sumeria, Egipto y México sugieren una conexión entre ellas, e implícitamente con los Annunaki. Informaciones más recientes han sugerido estructuras en la Luna.
Las estructuras Marcianas y Lunares pueden o no estar activas en el presente, pero con la limitada información disponible, no puede clarificarse de una u otra forma. Es posible, sin embargo, que estas estructuras hubiesen servido como base o pequeña escala en los esfuerzos de colonización del pasado, y hay alguna evidencia (Sitchin, 1990-1) de actividad reciente en Marte. Dicha evidencia, sin embargo, tiende a caer en la misma categoría que los informes de OVNIS. Es extremadamente difícil hacer juicios definitivos en cuanto a su exactitud. Por otro lado, la actividad OVNI en las proximidades de los volcanes puede tener que ver con el hecho de que los volcanes son la fuente primaria de elementos mono-atómicos. Estas consideraciones, desafortunadamente, son altamente especulativas, y actualmente, tienen pocas posibilidades de dar con una respuesta clara.
VIII. Las guerras internas entre los Annunaki se ha manifestado en una variedad de formas. Esto incluye aspectos relativamente mundanos como los diferentes puntos de vista filosóficos con respecto a códigos de la ley. Por ejemplo, mientras que las llamadas leyes originales de los Sumerios eran realmente leyes de comportamiento (“cuidar de las viudas”, “no engañar a los trabajadores”, y por el estilo), un código posterior instigado por Marduk detalla castigos específicos para diferentes crímenes. Conocido como el código Hammurabi, éste último utilizaba el miedo a la represalia como fuerza motivadora, en lugar del anterior concepto de hacer lo que está bien.
Las diferentes facciones Annunaki tenían definitivamente distinto modos de actuación. Esto se hace relevante para nuestra tesis si nos preguntamos quién estaba al mando. El mito de Ra e Isis (o Marduk e Inanna), detalla un tiempo cuando Ra era viejo y senil, e Isis procedió a quitarle sus poderes. El resultado final fue que Isis “conoció a Ra por su nombre propio”, y Ra “se escondió así mismo de los dioses, y su puesto en el barco de millones de años quedó vacío”. La implicación es que Ra fue vencido y perdió su posición en la jerarquía Annunaki. Es importante reseñar que el mito deriva de la XVIII dinastía, aproximadamente (según Emmanuel Velikovsky) en tiempos del Rey Salomón y la Reina Hatshepsut de Egipto (alrededor del año 1000 AC). Así, Marduk pudo muy bien haber inspirado mucha de la historia Babilónica (del 2000 al 1000 AC), pero después lo perdió todo en Egipto en las manos de la “gran diosa, Isis”).
Adicionalmente, los Annunaki dieron una importancia considerable a las alineaciones astronómicas. Dataron el comienzo del calendario Nippuriano (el mismo que el calendario Judío) en el año 3.760 AC en la Era de Tauro, basado en una conjunción en masa de planetas. Dos milenios después, cambiaron el calendario para que en vez de Tauro, se convirtiera en la Era de Aries. (Las Eras se suceden al revés, debido a la Precesión de los Equinoccios de la Tierra). Al mismo tiempo, se cambió la astrología para colocar a Aries en la Ascendente en lugar de Tauro. (Fue también una época en la que se degradó a la mujer en relación al hombre, pero esa es otra historia). El comienzo de la nueva Era de Aries estuvo marcada por un alineamiento astronómico de todos los planetas visibles (incluyendo al Sol y la Luna) en marzo de 1993 AC – que es también el comienzo del Calendario Chino.
El significado de las eras astronómicas es importante en tanto que Marduk fue apartado del poder en Babilonia por las alegaciones de su hermano, Jergal, de que todavía no era el tiempo para la Era de Aries – Aries identificado como el planeta de Marduk, Marte-. De la misma manera, la Era de Piscis, que comienza entre los años 200 a 600 AC es identificada con el Planeta Neptuno, que a su vez es identificado con Enki. Esto puede explicar por qué la Era Astrológica de Piscis comienza con los filósofos (Lao Tze, Buda, etc. – quizás incluyendo a Jesús). También puede explicar por qué los Annunaki no se hacen plenamente presentes – Enki podría estar actualmente al mando. Para nuestros propósitos, el tema relevante puede ser la llegada de la Era de Acuario – tradicionalmente asociado con el planeta Urano, e identificado con Anu, el padre de Enki y Enlil.
Así la temporal y aparente ausencia de los Annunaki puede deberse a la Era de Piscis en la que a la humanidad se la está permitiendo algo de pausa para crecer y desarrollarse. También llevaría consigo la presentación y consecuente disponibilidad de profundas filosofías cuyas bases ayudarían en nuestro crecimiento. Al mismo tiempo, la Era de Piscis puede estar llegando a su fin en un futuro muy cercano con la más que probable fecha de 2012. (Sin embargo, hay un espectacular alineamiento de planetas el 8 de Septiembre de 2048, y esta podría ser la fecha del comienzo de la Era de Acuario).
Conclusiones e Implicaciones Futuras
La evidencia acumulada de varios milenios apoya fuertemente la contención propuesta inicialmente por Zecharia Sitchin (y Lawrence Gardner y otros) de la llegada de extraterrestres a la Tierra para el propósito de la extracción de oro. Estos Annunaki del planeta Nibiru crearon y subsecuentemente interactuaron recíprocamente de formas substanciales con la humanidad durante miles de años. Basándonos en el trabajo de David Hudson, parece claro que los Annunaki vinieron a la Tierra para extraer oro y adquirir suministros de los elementos preciosos (como el rodio, iridio, plata y oro) en su estado mono-atómico con el propósito de ingerirlo como medio para adquirir y mantener sus poderes y potenciar su longevidad. La preponderancia de la evidencia hace de esta conclusión algo virtualmente ineludible.
Adicionalmente, no hay evidencia (con la excepción de la aparente falta de interacción en nuestros días) de que los Annunaki abandonaran la Tierra.
Tampoco existe una motivación conocida que les hubiera hecho abandonar la Tierra. Por otro lado, existen argumentos razonables y convincentes que sugieren que los Annunaki están todavía en el planeta, pero fuera de la vista. Podrían estar, sin embargo, manteniendo cualquier control que pudieran estar ejercitando a puerta cerrada. Más allá, es muy posible que existan varias facciones de Annunaki con objetivos y agendas dispares para la humanidad, y que estos desacuerdos puedan muy bien estar manejando los asuntos de la humanidad.
Las conclusiones sugieren dos notables implicaciones. La primera es el conocimiento, desde el cual cada uno de nosotros comienza a tener una visión de nuestro mundo y nuestra sociedad de un modo distinto. Este es el proceso de evaluar nuestros paradigmas – nuestra manera de ver el mundo que se ha desarrollado desde su nacimiento y que incluye posiblemente mal interpretaciones serias – y considerar si queremos revisar nuestro paradigma. Es un proceso que demanda de nuestra atención sobre los eventos de nuestras vidas, y reconocer las diferencias fundamentales entre los “dioses” y el creador del Universo.
La otra implicación es si nosotros como raza podemos o no esperar una implicación abierta de los Annunaki en nuestras vidas. El aprecio que los Annunaki demostraron por las alineaciones astronómicas de planetas como medio de determinar cuándo ciertos eventos deben proceder ya ha sido mencionada. Sabemos, por ejemplo, que un alineamiento en el año 4000 AC inició aparentemente la Civilización Sumeria, un alineamiento en el año 3100 AC pudo haber iniciado las civilizaciones Egipcias y del Valle del Indo (así como el Calendario Maya), una alineación en el año 1993 AC inició el Calendario Chino y efectivamente comenzó el reinado de Marduk, el Templo de Salomón (año 1000 AC) fue retrasado desde los tiempos de David (“porque no había llegado el momento”), y la Era Cristiana llegó aproximadamente en el año 4 AC, poco después de que las profundas filosofías del Este dieran comienzo y después de que los Annunaki desaparecieran de la vista.