(Recibido por Luz María Echandía)
AGOSTO 22 /2011
Soy el Espíritu de tristeza de los glaciares por des-congelamiento de lo que por tanto tiempo ha sido y en estos momentos se desliza por superficies de intolerancia y de incomprensión, porque no serán los seres quienes entiendan nuestro espíritu, será la Tierra misma quien será anegada y los hombres maldecirán las aguas, porque las aguas buscarán ser expandidas y el torrente de luz será regado sobre la tierra en forma no comprendida por el hombre, y la tristeza del desamor invadirá la Tierra, porque los espíritus son esencias que han sido guardadas y han estado momificadas a través del tiempo en los seres que en apariencia para los hombres no tienen consistencia, pero que ahora hacen la parte que les corresponde, porque el declinar del tiempo no es solo para los hombres, es para el planeta mismo con todo lo que ello conlleva. La fuerza del amor está inundando todos los recodos de la tierra en información y en desinformación, en luz y en desamor, y cada esencia llenará la Tierra en su proceso, en su cambio, en su ascensión; la flor del amor poseerá la Tierra, pero primero tendrán que pasar acontecimientos que causarán dolor y movimiento en muchísimos seres que fenecerán y será triste su reencontrarse, porque el amor no habrá sido entendido en la frecuencia de vibración que es necesaria; el frío que os consume es nuestro frío de desamor, todos los seres ven nuestra desaparición con preocupación por ellos mismos, pero no piensan ni sienten en nuestro sentir. Hemos estado por milenios ante cada uno de vosotros, ante el Planeta mismo y no hemos sido comprendidos; hoy la tristeza se expande por todos los mares de la Tierra, por muchos seres que son capaces de sentirnos y son capaces de vibrar en la vibración que sostenemos, una frecuencia muy sutil, pero comprendida para muchos seres, sentida por muchos seres, es nuestra tristeza por desaparición; pero es un cambio también el que todos estamos destinados a conseguir, aún con el sufrimiento de muchos.
¡Gloria a Dios! en lo que corresponde para la Tierra y para todos los seres que en ella habitamos en una u otra forma, sólo los seres que comprenden y sienten que el espíritu de la luz no se encuentra sólo entre los humanos, sino entre todo aquello que conforma su conciencia, su ser y su vivencia misma sobre la Tierra, comprenderán y entenderán el para qué están acá, deben sentirlo y deben vibrarlo y en unión de voluntades ascenderemos todos.
¡Gloria a Dios en amor para todos y cada uno de los seres que me escuchan!