Uno de los restos que formaban parte de la necrópolis romana y que abren la hipótesis a una vía en Barcino hasta ahora desconocida
Vía: La Razón.es | Victor Fernández | 1 de marzo de 2012
La vieja Barcino de los romanos sigue ocultando secretos que poco a poco ven la luz. Eso es lo que está ocurriendo con las obras de reforma que desde 2010 se llevan a cabo en el Museo Marítimo de Barcelona. Estos trabajos han permitido la localización de una necrópolis romana, de la que no se tenían noticias, en la que no solamente hay un número importante de entierros sino también una gran variedad de ritos funerarios. En este sentido, han aparecido bajo la tierra de las Reials Drassanes un mausoleo, varias urnas o fosas simples.
Todo esto demuestra que la necrópolis estuvo en funcionamientos durante algo más de 500 años: del siglo I al VI después de Cristo. Como es sabido los romanos enterraban a sus muertos cerca de las vías, lo que también ha permitido deducir a los arqueólogos la vía que tenía Barcino por el litoral.
Según apuntó ayer Iñaki Moreno, actual director de las excavaciones en el Museo Marítimo, «esta necrópolis estaba bastante alejada de la ciudad romana». Moreno afirmó que «el hecho de que los romanos enterraran a sus difuntos cerca de las vías principales, permite dibujar con más seguridad la vía de acceso a Barcino por la parte baja de la ciudad, en paralelo a la línea de costa, que no sería una calzada pavimentada sino un camino que continuaría por el sur hasta Montjuïc».
Por otra parte, la aparición de esta necrópolis tan cerca del mar ha desmentido las hipótesis sobre la situación de la línea de costa en época romana, pues «los romanos no colocarían mausoleos cerca del mar, por el peligro de erosión constante», dijo Moreno.
Pero los trabajos de remodelación de las viejas atarazanas también han permitido variar la cronología referente a la historia del edificio. El director general del consorcio del Museo Marítimo, Roger Marcet, aseguró ayer que se han podido documentar cuatro fases constructivas.
Perímetro de cierre
Marcet dijo que «se ha determinado el perímetro de cierre de las atarazanas del siglo XIII, al cual se añadieron cinco naves a mediados del siglo XIV; a finales de ese mismo siglo hay otro período de construcción y finalmente en el XVI se realizó una ampliación sobre las antiguas atarazanas del XIII, que fueron en parte derruidas».
La restauración que se está practicando en las Reials Drassanes, que se espera concluyan a finales de este año, cuentan con un presupuesto de 17 millones de euros, aportados por la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Fomento, que incluyen los 700.000 euros destinados a la excavación.
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