Muchas personas están en contra de las bolsas de plástico porque no son redituables y tienen una vida de casi 1000 años, que se la pueden pasar flotando en un río o volando libremente por espacios públicos.
Ahora, gracias a la invención del científico japonés, Akinori Ito, tenemos algo que hacer con esas bolsas en vez de tirarlas. La Blest Machine las derrite y las convierte en petróleo crudo.
Ahora, gracias a la invención del científico japonés, Akinori Ito, tenemos algo que hacer con esas bolsas en vez de tirarlas. La Blest Machine las derrite y las convierte en petróleo crudo.
Hace ya varios años que varias organizaciones comenzaron planes para deshacerse de las existentes bolsas de plástico y evitar la fabricación de nuevas.
Esto se debe a que tienen una vida de 1000 años y se producen entre medio y un billón de unidades anualmente.
Es decir que cuando las personas desechan esas bolsas, sea a donde vayan a parar, siguen existiendo en parques, calles, flotando sobre el agua y en cualquier tipo de espacio público.
Afortunadamente, el inventor japonés, Akinori Ito, creó la máquina Blest Machine, que transforma esas bolsas en petróleo.
Esta máquina, que funciona con polipropileno, polietileno y poliestireno, funde las bolsas de plástico y condensa los vapores hasta conseguir petróleo crudo, que puede ser utilizado de diversas maneras para obtener energía o calor.
Este proceso toma como una hora y evita los gases CO2 al no quemar el plástico. Según explica su creador, puede transformar un kilogramo de bolsas de plástico a un cuarto de petróleo utilizando un kilovatio-hora de energía.
Y hay aún más, porque este petróleo crudo que podría ser utilizado para un calefactor en un hogar, luego puede ser refinado a combustible, pero para eso se necesita otra máquina, que también comercializa Blest.
Pero la Blest Machine no es la primera de su tipo, ya que en Washington D.C. están llevando a cabo investigaciones con una similar pero a mucha mayor escala.
La diferencia principal entre estas dos, es que la Blest Machine está pensada para ser utilizada en el hogar y por eso se comercializa en dos tipos diferentes: uno con tamaño de escritorio, el más pequeño y un segundo de mayor tamaño capaz de producir 5 kilos de petróleo en una hora.
Esta invención es verdaderamente excelente, sobre todo porque puede transformar algo que iría a la basura a contaminar el ambiente en un recurso preciado que cualquier familia podría aprovechar.
El único problema, es que la máquina se vende por US$10,000, un precio extremadamente alto para cualquier persona que quiera reciclar sus bolsas plásticas.
La empresa está al tanto del alto precio, pero espera poder bajar el costo a medida que aumente la demanda.
Esto se debe a que tienen una vida de 1000 años y se producen entre medio y un billón de unidades anualmente.
Es decir que cuando las personas desechan esas bolsas, sea a donde vayan a parar, siguen existiendo en parques, calles, flotando sobre el agua y en cualquier tipo de espacio público.
Afortunadamente, el inventor japonés, Akinori Ito, creó la máquina Blest Machine, que transforma esas bolsas en petróleo.
Esta máquina, que funciona con polipropileno, polietileno y poliestireno, funde las bolsas de plástico y condensa los vapores hasta conseguir petróleo crudo, que puede ser utilizado de diversas maneras para obtener energía o calor.
Este proceso toma como una hora y evita los gases CO2 al no quemar el plástico. Según explica su creador, puede transformar un kilogramo de bolsas de plástico a un cuarto de petróleo utilizando un kilovatio-hora de energía.
Y hay aún más, porque este petróleo crudo que podría ser utilizado para un calefactor en un hogar, luego puede ser refinado a combustible, pero para eso se necesita otra máquina, que también comercializa Blest.
Pero la Blest Machine no es la primera de su tipo, ya que en Washington D.C. están llevando a cabo investigaciones con una similar pero a mucha mayor escala.
La diferencia principal entre estas dos, es que la Blest Machine está pensada para ser utilizada en el hogar y por eso se comercializa en dos tipos diferentes: uno con tamaño de escritorio, el más pequeño y un segundo de mayor tamaño capaz de producir 5 kilos de petróleo en una hora.
Esta invención es verdaderamente excelente, sobre todo porque puede transformar algo que iría a la basura a contaminar el ambiente en un recurso preciado que cualquier familia podría aprovechar.
El único problema, es que la máquina se vende por US$10,000, un precio extremadamente alto para cualquier persona que quiera reciclar sus bolsas plásticas.
La empresa está al tanto del alto precio, pero espera poder bajar el costo a medida que aumente la demanda.
Fuente: Neoteo