Publicado: 21 ene 2012 | 03:34 MSK
Última actualización: 21 ene 2012 | 07:10 MSK
Al cerrar Megaupload, el mayor servicio mundial de alojamiento de archivos en internet que prestaba servicio a más de 150 millones de usuarios, el FBI puso en peligro el contenido legal almacenado, ahora inaccesible para los clientes de la compañía, opina el abogado español Carlos Sánchez Almeida. En su blog Almeida insta a los cibernautas de España a recopilar la información sobre los archivos que pueden perder debido a las acciones del FBI y preparar luego con esa base un pleito legal.
Mientras el FBI argumenta que Megaupload y su colección de dominios causó un dañó a los propietarios de los derechos de autor por, al menos, unos 500.000 millones de dólares, el abogado español tiene otro punto de vista. Insiste en que la compañía sirvió también de centro de alojamiento para contenido legal y que, en caso de conflicto entre los dos lados de la moneda, debe prevaler el derecho del ciudadano a la privacidad de los archivos personales.
Es imposible evitar que la cultura no se comparta a través de internet
El cierre de estos dominios "genera dudas sobre el destino de la información incautada por los agentes policiales y su incidencia sobre el derecho fundamental a la intimidad y a la inviolabilidad de las comunicaciones de los ciudadanos", acentúa el abogado.
"De conformidad con la legislación española, solo mediante resolución judicial motivada se puede proceder al registro e incautación de documentación y correspondencia privada, así como a la interceptación de comunicaciones. El Código Penal castiga como autor de un delito de revelación de secretos a quien, sin estar autorizado, se apodere de datos reservados de carácter personal registrados en sistemas informáticos", subraya.
Después de advertir a las autoridades estadounidenses sobre su responsabilidad legal ante los cibernautas, Almeida argumenta que con el cierre de páginas como Megaupload tampoco podrán conseguir sus objetivos. "Antes al contrario, el ataque a una parte de la red supondrá un reforzamiento de su tejido global: los sistemas centralizados como Megaupload darán paso a redes distribuidas de compartición de archivos, cifradas e invulnerables a la intervención gubernamental", insiste. Según el letrado, no es posible evitar que los ciudadanos continúen compartiendo cultura a través de internet: "Megaupload solo era una página. Entre todos, estamos construyendo una inmensa biblioteca".
EE. UU. podría enjuiciar a algunos clientes de Megaupload
Los clientes de Megaupload no tendrán ahora una vida fácil, comenta, por su parte, otro especialista en propiedad intelectual en internet, David Maeztu. Es muy poco probable que logren reclamar la devolución de sus archivos, detalla. Y avisa que son, en cambio, las autoridades estadounidenses las que podrían poner en marcha una cadena de denuncias individuales contra usuarios norteamericanos del servicio si los investigadores concluyen que sus archivos pudieran incurrir en delitos contra la propiedad intelectual o de otra índole.
Al parecer, esta perspectiva no aterroriza mucho a los internautas, según testimonian los innumerables foros dedicados al tema: "vamos tod@s a la cárcel, vayan construyendo más prisiones que me parece que no se va a quedar nadie fuera" (javihuesca); "¿Piensan detener a casi la mitad de la población mundial o qué?" (wikifreaky). "Pues yo he descargado y he subido para que otros usuarios puedan disfrutar de contenido contra la propiedad intelectual, así que vengan a por mí que les espero!", comenta 'Ace B'.
Megaupload, a la defensiva
"La compañía está estudiando las opciones legales para recuperar sus servidores y sus dominios y volver a ponerlos en línea. Megaupload se defenderá muy enérgicamente", sostiene el abogado Iran Rothken, que representa los intereses de este servicio ante el tribunal neozelandés.
El jueves se presentaron contra siete ejecutivos de Megaupload y la propia empresa cargos oficiales por lavado de dinero y por haber violado en múltiples ocasiones el derecho de autor. El texto de la respectiva denuncia ocupa 71 páginas. Fueron incautados los activos y servidores de la compañía en EE. UU. y deshabilitados 18 dominios en todo el mundo.
Cuatro de los acusados, el fundador de la red Kim 'Dotcom' Schmitz entre ellos, fueron detenidos este mismo día. Según uno de los participantes en la operación, el agente Grant Wormald, "ha sido algo más complicado que llamar a la puerta". Precisó que Schmitz, que fue arrestado en su casa en Auckland (Nueva Zelanda) bajo la petición de EE. UU., no capituló hasta el último momento. Tras darse cuenta de que se había emitido una orden de detención en su contra, activó la seguridad electrónica de su mansión e intentó refugiarse en una caja fuerte. Finalmente terminó en una habitación blindada de su casa con una escopeta de caza en la mano.
El tribunal neozelandés dictó prisión preventiva para los cuatro detenidos hasta que se tome una decisión sobre su petición de libertad bajo fianza.