Proximamente, los cibernautas estadounidenses podrían encender su computadora para acceder a sus páginas favoritas en la red y encontrar una leyenda diciendo que el portal “está prohibido”.
Esto si se aprueba en el país el proyecto de ley SOPA (Stop online piracy Act), que establece que cualquier página web puede ser bloqueada si viola con su contenido los derechos de autor de terceras personas. El sitio se clausurará sin necesidad de pasar por procesos judiciales.
Según explica el activista de Internet Aaron Swartz, el gobierno estadounidense no solo podría eliminar el material que viole los derechos intelectuales sino que cerraría toda la página. Lo haría sin necesidad de acudir a un tribunal que compruebe que el contenido es ilegal. “Como saben la ley de derechos de autor es extremadamente complicada. Muchas cosas parecen una violación de derechos pero no lo es”, indica el experto.
EE. UU. se contradice
Mientras los legisladores estadounidenses buscan una oportunidad para cerrar páginas controvertidas en Internet, por otro lado se muestran a favor de las innovaciones tecnológicas.
A principios de este año, el Departamento de Estado incluyó la libertad de acceso a Internet en la lista de los derechos humanos básicos, mismo que EE. UU. enarbola a nivel mundial.
Precisamente la libertad, punto clave de la Constitución estadounidense, aboga en la Primera Enmienda por el derecho de la población a expresarse. Sin embargo, parece un derecho de segundo plano para quienes redactaron el proyecto SOPA.
Inquietud en Silicon Valley
La reacción a esta iniciativa no se ha hecho esperar. Activistas del ciberespacio ya han recolectado más de un millón 500 mil firmas con el lema “¡Salvemos Internet!”.
Por su parte, los empresarios fundadores de las mayores compañías tecnológicas como Google, Yahoo, Twitter y Youtube, entre otras, recientemente publicaron una carta abierta al gobierno en contra de los anteproyectos de SOPA y de PIPA (Protect IP Act).
Tal es la gravedad de la medida, que incluso la enciclopedia libre Wikipedia amenazó con cerrar temporalmente su portal como forma de protesta.
Por su parte, el co-fundador de Google, Serguéi Brin, comparó en su cuenta de Google+ esta propuesta con la censura que se practica en Irán o China. “Imaginen mi sorpresa cuando veo que la amenaza más reciente a la libertad de expresión viene ni más ni menos que de Estados Unidos”, indicó.
El desarrollo intelectual y económico en riesgo
Aparte de bloquear las páginas de diversión o las redes sociales esta ley podría afectar al sector educativo. Las comunidades que ofrecen ayuda a los alumnos, las bibliotecas on-line y demás recursos que sirven de apoyo para los profesores pueden estar en peligro de extinción.
Uno de los reconocidos padres de Internet, Vint Cerf, aseguró que este proyecto legislativo tiene el potencial para generar una censura sin precedentes. Además, según se han percatado en el propio Congreso, de ser aprobada esta norma podría ser un arma eficaz para destruir los negocios de competidores tecnológicos con una simple excusa.
El comercio, la educación o simplemente la libertad de comunicación están en riesgo de ser censurados y definitivamente acallados si se aprobara este polémico proyecto legislativo de derechos de autor.
Pese a lo negativo de las consecuencias que se argumentan, esta ley pronto podría ver la luz. La votación en el Congreso se ha pospuesto para el año que viene. Aún cabe preguntarse si en esta sociedad marcadamente mediática será un paso más para el fin de la era del libre acceso a la información.
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