Por Marcelo Justo | Página/12
The Financial Times y Reuters dedicaron ayer amplio espacio a una supuesta oferta del grupo chino Sinopec por las acciones de YPF de Repsol, bloqueada tras el anuncio del gobierno argentino. La agencia de noticias británica citaba a la web china Caixin, según la cual, “fuentes de Sinopec” aseguraban que la petrolera estatal china había acordado pagar 15 mil millones de dólares “por el 57 por ciento de las acciones en poder de Repsol”. En diálogo con Página/12, el director de Douglas Westwood, Steve Robertson, que asesora a inversores petroleros en más de 70 países, puso en duda esa información. “Es difícil saber si estos informes son precisos. Muy posiblemente es un intento de Repsol para justificar su reclamo compensatorio. La idea de una oferta sobre la mesa validaría este reclamo”, señaló.
Antonio Brufau había señalado que había existido una oferta “muy seria” que la compañía usaría en su reclamo de resarcimiento económico. “Lo que puedo decirles es que hemos tenido al menos una oferta, que es muy seria, y que constará en un documento sobre el valor de YPF”, indicó. El interés de compañías chinas en América latina no es nuevo.
La misma Sinopec tiene un 40 por ciento de las operaciones de Repsol en Brasil, adquiridas en 2010 por más de 7000 millones de dólares. Según The Financial Times, no tenía mucho sentido que Sinopec realizara una oferta por Repsol YPF “el viernes pasado”, cuando se acercaba el desenlace de la tormentosa relación entre la compañía española y el gobierno de Cristina Fernández. “Con el descubrimiento offshore que hicieron en Brasil, ¿para qué iban a invertir en una compañía que podía quedar maniatada por una batalla legal? Al mismo tiempo, ¿por qué estaba conversando Sinopec con Repsol sobre el tema? ¿Acaso pensaba que Argentina no iba a nacionalizar la compañía?”, señala el artículo del The Financial Times.
Una posible respuesta a esta pregunta es que Sinopec podría estar posicionándose para llegar a algún acuerdo con el gobierno de Cristina Fernández con el objetivo en la formación de Vaca Muerta en Neuquén. Esta formación coloca a Argentina como tercer país en reservas de hidrocarburos no convencionales. “China sabe que su demanda interna va a crecer y sabe que su producción no es suficiente. Con los descubrimientos del año pasado hay un gran interés por Argentina”, señaló Robertson a Página/12.
La formación Vaca Muerta tiene un problema: el costo. En febrero Repsol calculaba que se necesitarían “unos 25 mil millones de dólares por año durante una década para explotarla a fondo”. Entre las críticas en la prensa internacional a la expropiación, el tema de la inversión es una: ¿quién va a invertir ahora en un recurso tan caro sin garantías? “Es evidente que habrá un poco de nerviosismo entre las compañías por el temor que causa este anuncio a nivel de estabilidad y garantías futuras a la inversión. Al mismo tiempo, habrá compañías dispuestas a invertir en una reserva tan importante”, aseguró Robertson a Página/12.
Mientras tanto, el Reino Unido está aprovechando para llevar agua a su molino. La Cancillería británica criticó la nacionalización y se presentó como el primer aliado de España en el tema. “Esta es la última de una serie de medidas de comercio e inversión que ha adoptado Argentina y que afectan a los intereses empresarios y perjudicarán la economía argentina. Trabajaremos con España y nuestros socios europeos para que la autoridades argentinas se atengan a sus compromisos internacionales”, señaló el canciller William Hague. El City A.M., diario de la city londinense, citó a un analista que opinaba que la nacionalización unificaría la oposición internacional contra el reclamo argentino por las islas Malvinas.