"Los monumentos no tienen voz, nos tienen a nosotros"
Robos de antigüedades, excavaciones ilegales o en suspenso: Grecia, asfixiada por la crisis de la deuda, tiene cada vez más dificultades para preservar y valorar su inestimable patrimonio arqueológico, hoy considerado una carga.
Fuente: Isabel Malsang |AFP, Atenas, 4 de abril de 2012
"Las ruinas de la antigüedad son nuestra maldición", declara una arqueóloga griega que quiere mantener su anonimato, por sentir que con semejante declaración traiciona a su oficio, a su alma y a su país. Sin embargo, con esa palabra -'maldición'-, resume las contradicciones que hoy enfrentan Grecia y su pasado: el patrimonio histórico es una de las principales atracciones turísticas del país, y el Estado cuenta con él para reactivar la economía, pero carece de medios para valorarlo, e incluso para protegerlo. Las excavaciones oficiales se ven paralizadas por la falta de fondos y las ilegales se multiplican a causa de la falta de medidas de seguridad, denuncia la Asociación de Arquéologos Griegos.
"Cada vez descubrimos más excavaciones sin registro cerca de los emplazamientos arqueológicos. Algunos han sido cavados por semiprofesionales que saben lo que buscan y trabajan en redes organizadas de traficantes de obras de arte. Otros esperan dar con un tesoro," cuenta Despina Kutsomba, que preside esa Asociación, haciendo referencia a unas excavaciones ilegales descubiertas en un cementerio de la época micénica en Dafni. Las únicas excavaciones que continúan son aquellas que se realizan en cooperación con institutos arqueológicos extranjeros. Pero también esas investigaciones tienen que hacer malabarismos con sus presupuestos.
"En principio, el Estado griego debería financiar una parte de cada excavación. Pero como ya no hay dinero, damos valor contable al terreno o al hangar que ponen a nuestra disposición, para que sobre el papel aparezca la cofinanciación," explica uno de los responsables de esos institutos. La crisis y sus medidas de austeridad han afectado a todo el sector, a la investigación y a la edición así como a las actividades pedagógicas para niños, que han desaparecido de los museos. Los sueldos han sido reducidos a unos 660 euros al mes. La crisis afecta también a los turistas. El museo arqueológico de Atenas o el museo bizantino de Salónica cierran algunas salas con regularidad por falta de guardas de seguridad.
"Si el público no puede acceder al museo, éste pierde su función principal y se convierte en un depósito", lamenta Despina Kutsumba. La arquéologa ha lanzado recientemente desde Atenas un llamamiento a la "resistencia" contra los "recortes dictados por el FMI" en toda Europa, para evitar que la crisis se acentúe y afecte del mismo modo "al Coliseo, al Louvre o a los museos alemanes". Desde principios de año, dos robos espectaculares de obras de arte, presuntamente cometidos por bandas organizadas, sacudieron el país. Unas sesenta antigüedades, algunas de hace más de veinte siglos, fueron robadas en febrero en un museo de Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos. En enero, tres cuadros, entre ellos uno de Mondrian y un retrato de mujer donado por Picasso, desaparecieron de la Galería Nacional.
"La pobreza y las difíciles condiciones de vida también existían en los años 50 y 60 y no por ello se robaba en un museo," declaró el ministro de la Cultura, Pavlos Geroulanos, que presentó su renuncia (rechazada por el presidente) tras el robo en Olimpia. De un total de 106 museos arqueológicos y bizantinos, 250 sitios arqueológicos en actividad y 19.000 registrados, sólo un puñado se salvó de los recortes: la Acrópolis de Atenas, el más visitado de Grecia, donde prosiguen las obras de renovación financiada por la Unión Europea, así como Cnosos en Creta, el yacimiento arqueológico de Vergina, cerca de Salónica, y sitios de renombre en Delfos y Olimpia.
En el resto del país, la situación es complicada. En la excavación de Corinto, estudiada por la escuela arqueológica estadounidense, se han acortado los horarios de visita (15h00) por falta de personal. Asimismo, algunos museos del archipiélago del Dodecaneso han cerrado sus puertas hasta mayo. "Temo un abandono deliberado de la cultura para que luego puedan privatizar el sector, como ocurrió en Polonia, donde 2000 compañías privadas realizan excavaciones", apuntó un miembro de la Asociación de Arqueólogos.
Para aportar dinero a sus arcas, el Estado autorizó la explotación publicitaria de las ruinas griegas, empezando por la Acrópolis. Una iniciativa considerada hasta ahora como un sacrilegio por los arquéologos. El ministerio aseguró que esa decisión se inscribía en una serie de disposiciones para "facilitar" el acceso al patrimonio y la promoción del mismo. La administración de monumentos históricos se ve por otro lado bajo el fuego de las críticas del sector de la construcción, por sus demoras en dar permisos de edificación. Un problema, según los aqueólogos, también atribuible a los recortes presupuestarios.
"Si los servicios arqueológicos tuviesen más personal, todo iría más rápido. A veces un proyecto de construcción está paralizado seis meses, hasta que los arqueólogos pueden sondear el terreno", explica Amalia Tsituri, de la Asociación de Arqueólogos. Pero la mujer defiende las precauciones, afirmando que en grandes ciudades como Atenas, si los arqueólogos no hubiesen presionado al Estado, los turistas "habrían desaparecido" ya que "todo estaría edificado". "Este país tiene la histeria de la construcción. La ley arqueológica permitió preservar los lugares más bellos y salvaguardar una parte del patrimonio natural", sostiene.
Robos de antigüedades, excavaciones ilegales o en suspenso: Grecia, asfixiada por la crisis de la deuda, tiene cada vez más dificultades para preservar y valorar su inestimable patrimonio arqueológico, hoy considerado una carga.
Fuente: Isabel Malsang |AFP, Atenas, 4 de abril de 2012
"Las ruinas de la antigüedad son nuestra maldición", declara una arqueóloga griega que quiere mantener su anonimato, por sentir que con semejante declaración traiciona a su oficio, a su alma y a su país. Sin embargo, con esa palabra -'maldición'-, resume las contradicciones que hoy enfrentan Grecia y su pasado: el patrimonio histórico es una de las principales atracciones turísticas del país, y el Estado cuenta con él para reactivar la economía, pero carece de medios para valorarlo, e incluso para protegerlo. Las excavaciones oficiales se ven paralizadas por la falta de fondos y las ilegales se multiplican a causa de la falta de medidas de seguridad, denuncia la Asociación de Arquéologos Griegos.
"Cada vez descubrimos más excavaciones sin registro cerca de los emplazamientos arqueológicos. Algunos han sido cavados por semiprofesionales que saben lo que buscan y trabajan en redes organizadas de traficantes de obras de arte. Otros esperan dar con un tesoro," cuenta Despina Kutsomba, que preside esa Asociación, haciendo referencia a unas excavaciones ilegales descubiertas en un cementerio de la época micénica en Dafni. Las únicas excavaciones que continúan son aquellas que se realizan en cooperación con institutos arqueológicos extranjeros. Pero también esas investigaciones tienen que hacer malabarismos con sus presupuestos.
"En principio, el Estado griego debería financiar una parte de cada excavación. Pero como ya no hay dinero, damos valor contable al terreno o al hangar que ponen a nuestra disposición, para que sobre el papel aparezca la cofinanciación," explica uno de los responsables de esos institutos. La crisis y sus medidas de austeridad han afectado a todo el sector, a la investigación y a la edición así como a las actividades pedagógicas para niños, que han desaparecido de los museos. Los sueldos han sido reducidos a unos 660 euros al mes. La crisis afecta también a los turistas. El museo arqueológico de Atenas o el museo bizantino de Salónica cierran algunas salas con regularidad por falta de guardas de seguridad.
"Si el público no puede acceder al museo, éste pierde su función principal y se convierte en un depósito", lamenta Despina Kutsumba. La arquéologa ha lanzado recientemente desde Atenas un llamamiento a la "resistencia" contra los "recortes dictados por el FMI" en toda Europa, para evitar que la crisis se acentúe y afecte del mismo modo "al Coliseo, al Louvre o a los museos alemanes". Desde principios de año, dos robos espectaculares de obras de arte, presuntamente cometidos por bandas organizadas, sacudieron el país. Unas sesenta antigüedades, algunas de hace más de veinte siglos, fueron robadas en febrero en un museo de Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos. En enero, tres cuadros, entre ellos uno de Mondrian y un retrato de mujer donado por Picasso, desaparecieron de la Galería Nacional.
"La pobreza y las difíciles condiciones de vida también existían en los años 50 y 60 y no por ello se robaba en un museo," declaró el ministro de la Cultura, Pavlos Geroulanos, que presentó su renuncia (rechazada por el presidente) tras el robo en Olimpia. De un total de 106 museos arqueológicos y bizantinos, 250 sitios arqueológicos en actividad y 19.000 registrados, sólo un puñado se salvó de los recortes: la Acrópolis de Atenas, el más visitado de Grecia, donde prosiguen las obras de renovación financiada por la Unión Europea, así como Cnosos en Creta, el yacimiento arqueológico de Vergina, cerca de Salónica, y sitios de renombre en Delfos y Olimpia.
En el resto del país, la situación es complicada. En la excavación de Corinto, estudiada por la escuela arqueológica estadounidense, se han acortado los horarios de visita (15h00) por falta de personal. Asimismo, algunos museos del archipiélago del Dodecaneso han cerrado sus puertas hasta mayo. "Temo un abandono deliberado de la cultura para que luego puedan privatizar el sector, como ocurrió en Polonia, donde 2000 compañías privadas realizan excavaciones", apuntó un miembro de la Asociación de Arqueólogos.
Para aportar dinero a sus arcas, el Estado autorizó la explotación publicitaria de las ruinas griegas, empezando por la Acrópolis. Una iniciativa considerada hasta ahora como un sacrilegio por los arquéologos. El ministerio aseguró que esa decisión se inscribía en una serie de disposiciones para "facilitar" el acceso al patrimonio y la promoción del mismo. La administración de monumentos históricos se ve por otro lado bajo el fuego de las críticas del sector de la construcción, por sus demoras en dar permisos de edificación. Un problema, según los aqueólogos, también atribuible a los recortes presupuestarios.
"Si los servicios arqueológicos tuviesen más personal, todo iría más rápido. A veces un proyecto de construcción está paralizado seis meses, hasta que los arqueólogos pueden sondear el terreno", explica Amalia Tsituri, de la Asociación de Arqueólogos. Pero la mujer defiende las precauciones, afirmando que en grandes ciudades como Atenas, si los arqueólogos no hubiesen presionado al Estado, los turistas "habrían desaparecido" ya que "todo estaría edificado". "Este país tiene la histeria de la construcción. La ley arqueológica permitió preservar los lugares más bellos y salvaguardar una parte del patrimonio natural", sostiene.
- Comentario por José Luis Santos Fernández
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Los arqueólogos griegos salen a la calle contra la política sobre el patrimonio cultural
Fuente: Begoña Castiella, Atenas | ABC.es, 4 de abril de 2012
La Asociación de Arqueólogos Griegos ha convocado este miércoles una huelga de 24 horas en todo el país para protestar contra un proyecto de ley que se presenta ante el Parlamento griego bajo el lema «Mejoras del entorno empresarial y otras disposiciones».
Su protesta es muy concreta: consideran que «es intolerable que la política sobre el patrimonio cultural del país se presente, por motivos de comunicación, como “obstáculos” para la actividad empresarial». Los arqueólogos consideran también que se muestra el patrimonio cultural como algo contrario al desarrollo económico. Por ello, a las doce del mediodía se reunirán ante el Parlamento grupos de arqueólogos empleados por el Ministerio de Cultura con los que trabajan de forma temporal para el Estado. También lo harán en distintos puntos en todo el país dónde se están construyendo grandes edificios.
Se oponen a unas disposiciones del proyecto de ley por las que se condenará durante tres meses sin trabajo y sueldo a los empleados estatales y a sus superiores si se retrasan mas de 45 días la tramitación de documentos y autorizaciones de los proyectos empresariales que entran en una nueva categoría de tramitación rápida denominada «fast track». Dicha categoría ha sido creada para atraer inversiones a Grecia, garantizando la rápidez y eficacia del estado y eliminando retrasos burocráticos para dichas inversiones.
Otra de las disposiciones propuestas y a la que se opone la Asociación de Arqueólogos Griegos especifica que se sustituirá al arqueólogo encargado de las excavaciones concretas relacionadas con un proyecto de tramitación rápida, en el caso de que se retrase su conclusión. El proyecto de ley no especifica quién será el encargado de tomar esta decisión: si alguien del servicio arqueológico o del proyecto empresarial.
Los arqueólogos consideran que de esta forma se dificulta aún más el trabajo de los servicios arqueológicos, enfrentados ya a graves problemas para cumplir con su cometido debido a los recientes recortes de personal y medios, lo que retrasa los asuntos de los demás ciudadanos.
Por ello solicitan que se dichas disposiciones y algunas más del proyecto de ley que, según ellos,permiten ignorar al Departamento Arqueológico o dificultan el trabajo de protección del patrimonio cultural, recordando que su protección está definida por el artículo 24 de la Constitución griega.
Llamamiento internacional
Bajo el lema «Si los monumentos pudieran hablar, nos contarían lo que ha ocurrido en estos dos años», la Asociación de los Arqueólogos Griegos aprovecha para hacer un llamamiento internacional refiriéndose a las repercusiones de los recortes provocados por la crisis económica griega y dando datos sorprendentes: los arqueólogos empleados por el estado griego en los departamentos del Ministerio de Cultura son 950, trabajando con pocos medios y personal insuficiente. Su obligación es la de proteger el patrimonio cultural y sus monumentos y para ello el servicio arqueológico griego trabaja desde hace 170 años organizando excavaciones arqueológicas, estudiando la civilización griega y organizando sus museos.
Y sigue haciéndolo a pesar de los recortes y reformas: se ocupa de 66 departamentos arqueológicos situados en todo el país, de 210 museos y colecciones de arte prehistórico, clásico y bizantino, de 250 sitios arqueológicos organizados y un total de 19.000 sitios arqueológicos declarados y monumentos históricos. Además, trabaja en 366 proyectos cofinanciados con la Unión Europea.
Recuerdan los miembros de la Asociación que el Ministerio de Cultura ahora cuenta únicamente con 7.000 empleados de los cuales 950 son arqueólogos (con sus correspondientes doctorados), 4.050 funcionarios y personal administrativo y otros 2.000 guardas. Cada año se contratan de forma temporal para los meses de verano a otras 3.5000 personas mas. A partir de noviembre de 2010, cuando comenzaron los recortes, un 10% del personal del Ministerio de Cultura con más de 33 años de servicio fue obligado a jubilarse o a prejubilarse. Y recuerdan también que los gastos del Ministerio de Cultura nunca han superado el 1% de los Presupuestos Generales del Estado con un recorte del 35% en 2011 comparado con el presupuesto de 2010. Este año habrá nuevos recortes.
Los sueldos netos de los arqueólogos en el 2009 empezaban con 880 euros para un arqueólogo recién contratado,alcanzando los 1.550 para alguien con 35 años de servicio. Este año un arqueólogo recién contratado recibe 670 euros netos (descontados los impuestos y la seguridad social) y los restantes sueldos también han sufrido un recorte del 35%.
A pesar del robo de varios cuadros (incluyendo un Picasso) este enero en la Pinacoteca Nacional y este marzo en el Museo de los Juegos Olímpicos situado en Olimpia, el Ministerio se ha visto obligado a reducir el presupuesto de los museos griegos en un 20%. Por ello los arqueólogos griegos insisten en que en los pasados dos años «en nombre de la crisis económica global y con el Fondo Monetario Internacional actuando como un Caballo troyano, las medidas de austeridad han estado socavando los servios públicos, el estado de bienestar y de cohesión social, mientras que la democracia y la dignidad nacional se encuentran atacados». Y destacan que «los monumentos no tienen voz, nos tienen a nosotros».
Hay que recordar también que con el recorte de la deuda griega, los fondos del TAPA (iniciales griegas de la Caja de Recursos Arqueológicos y Expropiaciones) depositados en el Banco de Grecia se vieron también recortados y el valor actual de los 30 millones de euros en sus arcas se ha reducido notablemente (se habla de un valor real actual de 9 millones de euros). Los ingresos de esta caja provienen de los billetes de entrada a los museos y a las ventas efectuadas en sus tiendas y financian las expropiaciones por razones arqueológicas, los estudios científicos, los gastos de mantenimiento de los departamentos arqueológicos y de los museos, sus sistemas de seguridad y muchas cosas más. El actual Gobierno aseguró de una forma abstracta que el estado cubriría estas pérdidas.
http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/la-arqueologia-griega-amenazada-por-los-dioses-de-la-crisis