Islas Gadeiras, hace 2000-3000 años. La línea celeste representa el contorno de costa actual. Imagen:Wikipedia
Vía: lavozdigital.es | 3 de abril de 2012
Artículo de la Dra. Alicia M. Canto (izquierda)
El pasado 16 de marzo el colega y viejo amigo Diego Ruiz Mata,
catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz e inveterado
excavador del importante Castillo de Doña Blanca, publicó en este diario
un artículo titulado '¿Fundaron los fenicios Gadir en 1100 a.C.?' A la pregunta que él mismo dejó en el aire quisiera responder con estas discrepantes pero amistosas líneas.
El planteamiento de base, y por ello la conclusión final de Ruiz Mata, es que no, que tal fecha no es válida, aunque esté respaldada por varios autores antiguos (él cita a Veleyo Patérculo y a Estrabón, que a su vez cita a Homero). Que la fundación se produciría como muy pronto a finales del siglo IX a.C., conforme a los recientes hallazgos arqueológicos en la zona del Cómico, ya que «la arqueología, más pausada y serena, ha entrado en acción», terminando con los anteriores «debates apasionados y faltos de manifestaciones materiales evidentes».
Bajo las mismas ideas generales de autores previos, también prehistoriadores, que se adentraron en el complejo mundo de las fuentes literarias grecolatinas (como Mª Eugenia Aubet, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona), Ruiz Mata afirma que «muchos eruditos y aficionados a la arqueología», a la hora de definirse a favor de una mayor antigüedad de la fundación de Gadir son víctimas de lo que él llama (a mi juicio con un gracejo no exento de cierta ironía burlona) «el síndrome de Matusalén». Según el cual, para los matusalenianos «cuanto más antiguo, mejor, y en ello se empeñan, obviando que no siempre cualquier tiempo pasado es superior en valores al más reciente».
El planteamiento de base, y por ello la conclusión final de Ruiz Mata, es que no, que tal fecha no es válida, aunque esté respaldada por varios autores antiguos (él cita a Veleyo Patérculo y a Estrabón, que a su vez cita a Homero). Que la fundación se produciría como muy pronto a finales del siglo IX a.C., conforme a los recientes hallazgos arqueológicos en la zona del Cómico, ya que «la arqueología, más pausada y serena, ha entrado en acción», terminando con los anteriores «debates apasionados y faltos de manifestaciones materiales evidentes».
Bajo las mismas ideas generales de autores previos, también prehistoriadores, que se adentraron en el complejo mundo de las fuentes literarias grecolatinas (como Mª Eugenia Aubet, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona), Ruiz Mata afirma que «muchos eruditos y aficionados a la arqueología», a la hora de definirse a favor de una mayor antigüedad de la fundación de Gadir son víctimas de lo que él llama (a mi juicio con un gracejo no exento de cierta ironía burlona) «el síndrome de Matusalén». Según el cual, para los matusalenianos «cuanto más antiguo, mejor, y en ello se empeñan, obviando que no siempre cualquier tiempo pasado es superior en valores al más reciente».
Dejando de lado que lo que se busca al tratar de definir la antigüedad real de una ciudad no es «la existencia de valores superiores»,
sino si podemos acercarnos más a la verdad, usando de distintos medios
en colaboración, sean literarios, arqueológicos, epigráficos,
numismáticos o filológicos, tengo que adelantar ya que el valor
de las fuentes literarias es mayor, y normalmente más fiable, de lo que
Ruiz Mata y otros admiten. Para empezar porque, según él mismo dice -citando a Aubet-, «ha
habido una tendencia desde la época helenística a ennoblecer el origen
de algunas ciudades occidentales partiendo del episodio mítico o
histórico de la caída de Troya, reflejada por Homero en 'La Iliada'».
Argumento que podría ser válido si el autor antiguo fuera natural de la
ciudad cuyos orígenes pretende embellecer con alguna pincelada mítica.
Pero, por ejemplo, el historiador y político C. Veleyo Patérculo (c.19
a.C.-c.30 d.C.) no era gaditano ni bético, sino del sur de Italia, así
que, cuando en su Historia Romana -no 'Historia de Gades', o 'de la
Bética' - III.2 afirma (según mi traducción): «Alrededor de
ochenta años después de la captura de Troya [.]también en esa misma
época la flota de Tiro, la más poderosa en el mar, fundó Gades en el más
remoto territorio hispano, en la más lejana frontera de nuestro mundo,
en una isla rodeada por el Océano y separada del continente por un
pequeñísimo estrecho. Pocos años más tarde, los mismos tirios fundaron
en Africa Utica.», parece claro que no estaba
intentando embellecer los orígenes de Cádiz con alguna fábula, sino de
reflejar los datos que él a su vez encontró en otros historiadores de
prestigio, como Catón (234-149 a.C., tusculano), Cornelio Nepote (100-25
a.C., galo) y Pompeyo Trogo (siglo I a.C., galo), o bien en otros
documentos que estaban a su alcance en Roma.
Pues se olvida a menudo que la Historiografía es acumulativa, y que
cada historiador (como nosotros lo seguimos haciendo), entre los autores
y datos anteriores que examina, suele aceptar y repetir los más fiables
y seguros. Por lo que una descalificación de Veleyo Patérculo
lo es también de sus fuentes y, dado el peso de las mismas en este caso,
se vuelve muy complicado admitir lo que Ruiz Mata afirma de que se
trata de «unos textos tardíos, tópicos y confusos para nosotros».
Por tanto, dado que la fecha más comúnmente admitida para la caída de Troya es el año 1184-1183 a.C. (según la cronología de Erastóstenes,
otro respetado autor griego, 276-194 a.C., director de la Biblioteca de
Alejandría y ya en su época llamado con motivo es «el segundo Platón»),
que conviene con sucesos y problemas coetáneos en el Mediterráneo
oriental, el Próximo Oriente y Egipto a lo largo del siglo XII a.C., que
nos constan y la reforzarían, puede darse por cierto que hacia
los fines de esa centuria una flota fenicia llegó realmente al extremo
oeste del Mediterráneo y fundó allí Gadir, su futuro emporio.
Pero no es Veleyo el único autor que da esa fecha. El propio Ruiz Mata recuerda a Estrabón, que dice algo parecido (en I.3.2). Estrabón, griego oriental que escribe en la Roma de Augusto y Tiberio
-donde estaban las por entonces mejores bibliotecas del mundo antiguo-
cita como fuente a Homero, cuyo conocimiento del Occidente procedía de
los viajeros fenicios, algo que nos consta por otras muchas referencias
en las que ahora no puedo entrar. Pero no sólo a Homero. Para la fecha se basa (III.5.5) en «lo que los gaditanos dicen recordar». Nada menos que en la memoria misma de la ciudad.
Pero es que existen aún otros más, como Plinio el Viejo, que el apreciado colega no cita. Y se da la nada despreciable circunstancia de que alguno de ellos, como Pomponio Mela
(que floreció hacia el 43 d.C.), no sólo era bético, sino que era ¡de
Algeciras! En su libro III.6, hablando de las islas hispanas, y entre
ellas de Gades y su templo, nos dice: «Este templo fue
construido por los Tirios. su origen se remonta a la época de Troya, y
el mucho tiempo incrementó sus riquezas.»
Supongo que al profesor Ruiz Mata, que lleva tanto en tierras
gaditanas, no le haría mucha gracia que, dentro de dos milenios, una
afirmación suya fuera despreciada o puesta en duda sólo porque para
entonces él mismo fuera ya considerado «más antiguo que Matusalén ...»
En resumen: Es sólo cuestión de tiempo, y
del azar de los hallazgos arqueológicos, el que vayan apareciendo en
Cádiz materiales cada vez más antiguos, que terminen de confirmar esa
fecha fundacional de fines del XII a.C. que conocemos por la Historia.
Porque la Arqueología, además de «pausada y serena», es una fuente de sorpresas.
Para terminar, no olvidemos que el propio Ruiz Mata, en un artículo de 1999, apostaba por que «la isla de Cádiz fue ocupada a partir de fines del siglo VII y comienzos del VI a. C.»,
y en el 2002 por el siglo VIII. Trece y diez años después, él mismo ha
rectificado dos veces su propia datación, y ahora nos da el siglo IX
a.C., a causa de los más recientes hallazgos. Por eso mismo no es
descartable que en otros diez o doce años más podamos contarle por fin
entre los 'matusalenianos' que defendemos la validez de la mayoría de
las fuentes literarias antiguas. Y ver cómo, cual verdadero sabio, se desdice de esta frase del final de su artículo: «Poco importa la caída de Troya y la fecha de 1100 a.C. para la fundación de Gadir».
Porque, si es ésa la fecha real, es ya cinco siglos más vieja que lo
que hace apenas un decenio nos aseguraba la Arqueología. Aparte de que
la verdad, la que sea, claro que importa, y mucho.
http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/si-los-fenicios-fundaron-gadir-hacia-1-100-a-c-articulo-de-la-dra