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jueves, 8 de marzo de 2012

Presumen que los neandertales utilizaban las garras de aves rapaces diurnas como ornamentos personales

Incisiones de herramientas de piedra en las falanges terminales de las aves rapaces diurnas en yacimientos del Paleolítico Medio en Francia

Hace un año salió a la luz la noticia de que los neandertales utilizaron las plumas de las aves como adornos personales (ver post de Terrae Antiqvae), y, ahora, una nueva investigación -publicada en PLoS ONE- llevada a cabo en dos cuevas francesas (Combre-Grenal y Les Fieux) por Eugen Morin (izquierda), del Departamento de Antropología de la Universidad de Trent, en Ontario, Canáda, y Véronique Laroulandie, de la Universidad de Burdeos, Francia, sostiene que es muy posible que los neandertales también usaran las garras de las aves rapaces diurnas como elementos de adorno simbólico.

Es, pues, un nuevo trabajo en favor del reconocimiento de las capacidades cognitivas de los neandertales. No se puede decir que se escamoteen los intentos en este sentido en los últimos tiempos. Sobre todo, sospechosamente, después de que se demostrara que nuestra estirpe humana lleva entre sus genes entre un 1 y un 4 % de genes neandertales.

Ahora bien, aunque la conclusión del estudio se presenta como una posibilidad interesante, se puede observar, a mi juicio, que la misma está más allá de lo que, incluso, prudencialmente sugieren los investigadores. Deducir que las garras podían ser utilizadas como ornamentos a partir de unas simples marcas de corte parece excesivamente especulativo. Sin algún elemento más de apoyo (que se observara algún agujero en dichas garras para colgarlas, por ejemplo) la hipótesis parece muy cogida por las uñas de las rapaces en cuestión.

Paso a continuación a reproducir traducido el documento publicado en PLoS ONE en sus apartados principales.



Resumen:

En África y Eurasia occidental los casos de entierros y fragmentos de ocre utilizados durante el Pleistoceno Medio y Superior son considerados a menudo como pruebas de la aparición de un comportamiento mediado simbólicamente. Tal vez menos controvertidos, para el estudio de la evolución cognitiva humana, sean los hallazgos de cuentas de conchas marinas y los diseños complejos en artefactos orgánicos y minerales de los primeros humanos modernos conjuntamente datados de forma conservadora entre 100.000 a 60.000 años atrás.

Nosotros mostramos en este estudio que en Francia los neandertales utilizaron partes del esqueleto de las grandes rapaces diurnas, presumiblemente con fines simbólicos, en el yacimiento de Combe-Grenal, en una capa datada en el estadio isotópico marino (MIS) 5b (hace 90.000 años) y en el de Les Fieux, en unidades estratigráficas datadas en la fase inicial y media del estadio isotópico marino 3 (entre 60.000 y 40.000 años atrás).

La presencia de objetos similares en otros contextos del Paleolítico Medio en Francia e Italia sugieren que las aves rapaces se utilizaron como medio de expresión simbólica por los neandertales de estas regiones.

Introducción

En los últimos años, varios estudios han argumentado que los primeros (100.000 a 70.000 años atrás) casos de cuentas de conchas marinas (en su mayoría muestras de Nassarius) y fragmentos de pigmentos de color ocre en Israel, el Magreb y Sudáfrica, indicaban que en el Pleistoceno Medio y principios del Superior, los primeros humanos modernos eran capaces de un comportamiento mediado simbólicamente. En Sudáfrica, los motivos grabados en ocre y huesos, en la cueva de Blombos, y los fragmentos de cáscara de huevo de avestruz en Diepkloof, en contextos datados entre 77.000 y 60.000 años atrás, apoyaban este punto de vista. Por el contrario, los debates son más intensos en cuanto a si actividades comparativamente complejas fueron comunes en los neandertales.

En Europa, el ocre se utilizó ampliamente, al parecer como colorante, durante el Paleolítico Medio, mientras que la evidencia para uso ornamental de conchas marinas (izquierda) manchadas de pigmento es posible que esté presente en la Cueva de los Aviones (hace unos 50.000 años) y en la Cueva de Antón(hace 40.000 años), en España.

Sin embargo, pocos estudios han investigado el uso no alimentario de las aves durante el Pleistoceno Medio y principios del Superior. En este estudio se presentan nuevas evidencias arqueológicas relevantes para el debate sobre la aparición del pensamiento simbólico.

En Europa y en el suroeste de Asia las marcas de actividad humana son raras en los huesos
de aves antes del Paleolítico Superior, lo que sugiere que esta clase de especies de presa rara vez se comían o eran utilizadas.

Sin embargo, hay dos excepciones notables a esta regla. La secuencia (estadio isotópico marino 9 -5e) de la Cueva Bolomor (izquierda) en el este de España, proporciona un ejemplo relativamente único en el Pleistoceno Medio e inicios del Superior de consumo humano de pequeñas y grandes dimensiones de aves que se alimentan en el suelo (paseriformes, córvidos, palomas, Galliformes) y aves acuáticas (anátidas), atestiguado por marcas de corte o marcas dentales humanas en elementos de soporte de carne y fracturas óseas antropogénicas. Los patrones de consumo de aves en la Cueva de Bolomor son dignos de mención, ya que son una reminiscencia de lo que se documenta mucho más tarde durante el Paleolítico Superior. Las muestras de avifauna del Musteriense tardío (entre 45.000 y 40.000 años atrás) de la Grotta di Fumane, en Italia, se diferencian de la Cueva de Bolomor en que muestran cortes en huesos de tamaño medio (halcón de patas rojas, Falco vespertinus) y en aves rapaces de gran tamaño (águila dorada, Aquila chrysaetos, buitre-lammer, Gypaetus barbatus, buitre negro, Aegypius monachus). Aunque las marcas de corte también se observaron en especies no-rapaces (chova alpina, Pyrrhocorax graculus, la paloma torcaz común, Columba palumbus), la sobre-representación de aves rapaces en la muestra de marcas de corte, y la distribución anatómica de estas marcas -todas halladas en los huesos del ala y la pata- sugieren un uso simbólico, en lugar de alimentario, de estas partes de las aves por los neandertales. Los datos que aquí presentamos proporcionan apoyo adicional para el comportamiento mediado simbólicamente en esta población.

Discusión

Debido a que las garras no son comestibles, las muestras que aquí se presentan no son compatibles con el consumo humano. Esto significa que las falanges terminales marcadas con herramientas y encontradas en Combe-Grenal, Les Fieux, Pech de l'Azé IV, y la Grotta di Fumane, fueron probablemente utilizadas como herramientas y/o como elementos de expresión simbólica. Aunque el tamaño de la muestra es pequeño, el hecho de que todas las falanges terminales que muestran marcas de corte sean de águilas argumenta en contra de su utilización en contextos estrictamente no simbólicos. Este último patrón es notable porque las águilas se encuentran entre las aves más raras en el medio ambiente, un patrón que se explica por su alta posición trófica en la cadena alimentaria.

Esta tendencia hacia las grandes y poderosas rapaces diurnas posiblemente indica que las garras fueron usadas en contextos simbólicamente orientados por los neandertales, aunque estos últimos se quedan para ser definidos con mayor precisión. Una posibilidad es que fueran utilizados como adornos, como ha sido sugerido para las ocupaciones del Paleolítico Superior (datadas hace cerca de 20.000 años) en Meged Rockshelter, en Israel.

Estos resultados no excluyen el consumo ocasional por los humanos arcaicos de las grandes rapaces diurnas. Dos ejemplares musterienses no publicados (un fémur proximal de un águila de cola blanca en Les Fieux y uno húmero proximal de un halcón indeterminado en la Grotte du Noisetier) presentan marcas de corte en las partes que portaban carne. Aunque las marcas de herramientas -en particular una en el fémur- son congruentes con el consumo de carne, el tamaño de la muestra limita el significado de estas observaciones con respecto a la dieta.

Estos resultados arrojan luz adicional sobre la adaptación del comportamiento de los neandertales, al sugerir el incremento en esta población de complejas capacidades cognitivas similares a las de sus coetánoes, los primeros seres humanos. Además, el uso de falanges terminales de rapaces durante varias fases temporales del Musteriense francés puede indicar la continuidad de esta conducta en esta región, si bien la posibilidad de simple convergencia no puede excluirse. Más investigaciones sobre restos de aves se requieren para evaluar plenamente las implicaciones de estos patrones.

http://terraeantiqvae.com